miércoles, 25 de mayo de 2011

Zurisadai González Garrido
     El día de las madres representa para muchos un día dedicado a mimar a nuestras madres, un día en el que la mamá esta primero, y es obligatorio el regalarle algo. En México también se le honra a la virgen María por ser madre de Jesús, lo cual significa para muchos mexicanos católicos un día muy importante. Constantemente escuchamos que la madre no tiene que ser celebrada una vez al año y estoy de acuerdo con esa idea, sin embargo, considero que es como una celebración de cumpleaños, es una vez al año, sin embargo al celebrado siempre se le demuestra afecto, amor, cariño y respeto. El día del cumpleaños en tan sólo una excusa para que la persona sea el o la favorit@ ese día, para que ser consentido y le den regalos. Es así como el día de la madre es para mí, todo el año se honra a la que nos dio la vida, le damos amor, cariño, afecto, por supuestos detalles, utilizamos un día de pretexto para consentirlas y recordarles lo especiales que son y, sobretodo que son inigualables, amigas, confidentes, psicólogas, doctoras, trabajadoras, dan vida y amor por sus seres queridos . . .tienen el enorme privilegio y regalo de poder experimentar la maternidad. Para aquellas que han tenido la dicha de ser madres, quiero pensar, que es hermoso que se les festeje un día al año, que sean las favoritas, las consentidas y que les recuerden lo lindas e indispensables que son, no sólo para los hijos y familia, si no que repercuten en la sociedad en el mundo… sin ellas no existiríamos.
     Siempre me preocupé por darle el mejor regalo a mi madre, desde primaria cuando hacíamos manualidades me esforzaba para que fuera el más bonito, ahora entiendo que no fue el regalo lo que hizo que los ojos de mi mamá llorarán sino el detalle y el esfuerzo que puse en él, el acordarme de ella y claro la felicidad de ser madre.
     Quizá es muy romántico el asunto, pero creo que la mayoría de hijos hemos llorado cuando le cantamos la canción a mamá en el festival escolar de 10 de mayo, la abrazamos regalándole una flor, rompemos ambos en llanto… ¡ por favor … sé que a muchos les ha sucedido! ¿O no?. Este tipo de experiencias son producto del fuerte vínculo que hay entre madre e hijo, ese vínculo que nada lo puede igualar, porque además es indescriptible lo que se siente ser hijo y ser mamá, al menos yo no puedo describir que sentí cuando abracé a mi mamá el 10 de mayo y ambas lloramos (no piensen que somos un par de chillonas depresivas… eh?) creo que son lágrimas de… no sé de que sean pero salen cuando no sabes cómo expresar el agradecimiento, amor, las impetuosas ganas de decirle a todos con orgullo “ella es mi mamá” y todo estalla cuando el pecho se hincha de ese sentimiento. Es felicidad pura lo que se experimenta cuando sientes esa conexión tan extraña con el ser que te dio la vida, con ese ser que te ama incondicionalmente, que sabe ser todo por sus seres amados y hace todo por su bien.
     El 10 de mayo celebren a sus madres, mímenlas, háganlas sentir lo que son: un regalo de Dios, pero todos los días de sus vidas, como hijos e hijas respétenla, hónrenla, ámenla, disfrútenla, llénenla con detalles y acciones demuestren su amor por ella.

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