Germán Peregrina Tame
Cuando la Luna se asoma dichosa
en el crepúsculo de su alma
y abraza a las insignificantes
chispas de sus ojos
llenas de radiante y sutil luz
atraída de la simple grandeza
del magnífico cuerpo de luz,
las chispas blindadas de reflejo,
creciendo a cada parpadeo
y por siempre caminando
en los destellos de la Luna.
0 comentarios :
Publicar un comentario