viernes, 16 de marzo de 2012

     Fernanda López
     Las apariencias y la moda van estrechamente ligadas, la moda es muchas cosas, pero, sobre todo, imagen, comunicación no verbal. Es un espejo que nos muestra tanto un fenómeno cultural como un negocio complejo, que a su vez nos refleja una sociedad, actitudes políticas, sexuales y económicas de un tiempo determinado; la moda cuenta historia.
     Sobre las apariencias, Platón nos cuenta en La caverna sobre el mundo real y el mundo de las sombras, menciona que aquellos que están dentro, están atados a las apariencias, sólo lo ven pero no lo conocen, dándonos a entender que no valen la pena las apariencias. Si trasladamos esta idea de las apariencias a la moda, sobre la misma línea concluiríamos que la moda es mentira, que es fraude.
     No busco justificar los problemas que la moda, como industria, ha traído sino como Nicola Squicciarino menciona en su libro El Vestido Habla, busco que se entienda que no es sólo el barniz, que se trata de algo mucho más complejo que no puede ser objeto de estudio de una ciencia exclusiva.
     Hay que ver a la moda como una forma de expresión artística y cultural. Estética visual. Como testigo de la evolución de generaciones enteras. La moda es un estilo de vida. No debemos caer en comentarios como que se trata de algo frívolo y superficial, sino como una forma de expresión, algo positivo y lleno de creatividad.
     “La moda no es por definición frívola ni seria. Frívola es, más bien, la persona que deliberadamente confunde lo meramente convencional con lo que no lo es” (González, A, 2003)
     La moda ofrece una oportunidad de mostrarse al mundo como se quiere, es el reflejo de quiénes somos, es visualmente nuestra identidad, refleja nuestra personalidad. La combinación de telas, estampados, colores, materiales, es arte, arte del que todos somos partícipes al momento de abrir nuestro clóset y eso es algo maravilloso.
     Si hablamos de la moda como industria, puede que las apariencias predominen y todo lo anterior, que pudo haber sonando cursi, no haya servido para darnos cuenta de la otra cara de la moneda.
     Sin embargo, la industria nos ha traído la moda, me refiero a que, en el pasado, el diseño y elección del material, era exclusivo de la nobleza, había ciertas prendas que únicamente ellos podían utilizar porque, para empezar, no existía el acceso a algún sastre.
     El capitalismo puede que haya hecho que la alta costura desapareciera, pero ahora las colecciones de diseñadores están a nuestro alcance de alguna forma gracias a marcas que se encargan de hacer la versión económica.
     “Ya ningún estilista, ningún estirado, ningún rico, insultará a nadie por querer aparentar ser lo que no es.” (Riviére, Lo cursi y el poder de la moda, 1992)
    
     Referencias:
     González,M (2003). Pensar la moda. Consultado el 28 de noviembre del 2011 en http://arvo.net/pdf/val-moda-mg-1.pdf
     Squicciarino, N. (1986). El vestido habla, Española: Catedra
     Riviére, G. (1992). Lo cursi y el poder de la modaMadrid: Espasa Mañana
     Platón La República. Consultado el 28 de noviembre del 2011 en http://tsfprepaibero.wikispaces.com/file/view/04+El+mito+de+la+caverna+-+Plat%C3%B3n.pdf
    
    
    
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