Imponentes son las ganas de que me pongan en tus brazos por primera vez para que no me sueltes, no me sueltes, no lo hagas.
Nueve meses llevo esperando para ver tu sonrisa, para tocar tu mejilla con mi pequeña mano.
¡Mamá! Es lo que quiero decir, lo que quiero gritar, espero ver tus lágrimas cuando lo diga por primera vez y me escuches.
¡Mamá! Quiero gritarte cada vez que me caiga y quiera que me ayudes a levantarme
¡Mamá! Quiero gritar cuando llegue de la escuela
¡Mamá! Quiero estar ahí cuando te sientas triste y estés desesperada, cuando te molestes cuando no obedezca, cuando me regañes por no hacer lo que me pides, mamá, discúlpame
.
Mamá. No puedo olvidar mencionar todas esas veces que te quedaste despierta cuando me enfermaba, o todas
las veces que yo te desperté en la madrugada cuando tenía hambre.
Jugaba a ponerme tus zapatos y ahora lo hago, soñaba con maquillarme y ahora nos maquillamos juntas... ningún abrazo, ningún beso será suficiente para demostrarte cuánto
te amo, cuánto eres para mí, no es nada comparado con el cariño inmenso que te tengo, por estar siempre para mí.
Porque nada iguala un abrazo tuyo cuando todo se pone mal.
Ahora que crecí, que veo hacia atrás... Entiendo perfectamente todo.
Cuando sea mamá, quiero enseñarle a mis hijos el valor de una familia, así como tú me lo enseñaste a mí aguantando
cada golpe que te dio la vida, aguantaré mis ganas de llorar cuando me sienta impotente, así como tú lo haces. Y
seré fuerte por ellos y para ellos, para vivir el tiempo que me
necesiten
.
Seré esa mamá de la que estén orgullosos, así como yo lo estoy de ti
. Por ser el pilar de nuestra familia, quien nos mantiene unidos, por ser mi primer apoyo cuando me voy a levantar si
caí... Por ser el primer "todo está bien" cuando las cosas están mal, por ser ese abrazo sincero que me calma siempre.
Mami: si no valoré antes todo el esfuerzo que has hecho para hacerme la persona que hoy soy, ahora lo hago.
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