martes, 1 de marzo de 2011

Alessia Sosa Schmidt
VI Semestre
“Eres mi pequeña”
solías decir con firmeza,
“de mi corazón eres dueña”,
confesabas con tristeza.
Al mirarme en tus ojos, mi mundo encontraba la calma.
Han pasado ya los días…
y hoy me ahogo en mi llanto
al descubrir cada noche que debo dejarte ir.
¡Qué en este instante ya no eres apremiante para mí!
¿Cómo llegamos a esto?
Todo parecía  normal…
Hoy que presencian mis ojos otro suave amanecer
la búsqueda de felicidad vuelve a ser mi prioridad.
Debo dejarte partir…
Aunque te duela tanto, tanto como a mí.
No podrás entender lo que realmente ocurrió.
Ni siquiera yo podría explicar ¡cómo es que en mis ojos has dejado de brillar!
Tu luz se apagó de repente.
Dejamos de titilar en este profundo túnel,
que no nos dio oportunidad
y hoy busco la salida.
¿Cómo no quedarme allí?
Y sin intención alguna lo lograré sin ti.
Hoy la terrible nostalgia recorre mi cuerpo
debido a que en este instante me hallo con tu recuerdo,
algo que aún no se ha ido,
y que posiblemente nunca muera,
de alguna manera siento que estaré en ti y tú en mí
aunque  hoy sea imprescindible el sacar nuestro silencio
para que no arda ni duela, nunca más el desencuentro.

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