lunes, 14 de mayo de 2012

Zurisadai González Garrido y Enrique Cahuantzi Escobar

     Queremos pensar que todo ciudadano mexicano en nuestro país, reconoce la conocida frase de don Benito Juárez, “El respeto al derecho ajeno es la paz”… aunque es válido cuestionarnos acerca de que realmente conozcamos el significado de la misma, que no sólo son letras ni palabras sin sentido y que en realidad es una valiosísima arma para la construcción de la paz en nuestro México y en el mundo.
     La paz es un proceso de constante búsqueda de respeto, equidad y justicia. Esto no suena tan complicado, el punto es que nosotros lo hacemos complicado. Si nos damos cuenta que no sólo depende de un humano en el mundo sino de millones, todos ellos con diferentes ideas, lenguajes, religiones, miedos, etc.
     A nuestra consideración la paz se debe primero interiorizar, manejar desde un punto de vista más personal, sobre todo, poner en práctica porque lo que no se hace se olvida fácilmente. Esto lo podemos comprobar cuando vemos a personas que carecen de lo más indispensable para vivir o que viven en lugares donde constantemente hay conflictos y violencia. Estar rodeado de ello perturba a cualquier ser humano y tal vez esta persona repita el patrón de conducta con los que le rodean y si esto sucede de manera continua sabemos entonces que estamos en un lugar violentado, en un país violentado, en un mundo violentado.
     Hay que poner en claro que “la paz comienza en lo individual pero su construcción es responsabilidad de toda sociedad, puesto que se busca un bien y este beneficio se obtiene de manera colectiva. Para ello, los que luchan por esto sienten empatía, se solidarizan, son ciudadanos (De Regil, R ,1994).
     Debemos tener en cuenta que todo ser humano vivo habita en algún lugar y por supuesto lo hace en comunidad, el ciudadano actúa para un mismo fin y un beneficio.
     Ahora bien, para que exista paz no es necesario que se elimine el conflicto puesto que sin el conflicto no existe la paz, no se le conocería y de hecho encontramos cierto beneficio en él, sin embargo, lo que ha sucedido en el mundo es que este balance se ha perdido y se excede en el conflicto causando un estado de violencia constante. ¿Cuándo sucede esto? Lamentablemente cuando no se respeta la opinión de otro, ni se es tolerante: ¡se tendría que respetar el punto de vista de los demás y ponderarlo! A nuestra consideración lo lamentable no se halla exclusivamente aquí, sino en el momento en que las decisiones que se toman carecen de fundamentos éticos y en que no hayan sido consensadas previamente, luego entonces son injustas, todo ello derivado de la falta de los primeros pasos (respeto, tolerancia) en este proceso: ¡las decisiones que tomamos toman puesto en el otro y esto nos mueve a ser!

Nuestras consideraciones finales:
     La paz no es algo lejano que se busca y se anhela con esperanza… la paz se construye. Lo que en México se necesita es balance, un mejor equilibrio entre ella y el conflicto. Luego entonces, como todo proceso, incluye varias fases pero todas nos llevan a dejar de ser violentados, que es lo ideal, aunque, para hacerlo real se requiere de tolerancia, respeto, responsabilidad, ética, ciudadanía, alteridad y verdad para lograr el mejor equilibrio posible entre lo individual y lo común, que es lo que nuestro país requiere con urgencia: fines comunes.
     La invitación es a “… aprender a ser por, en y para los demás en el mundo”, ser un ciudadano preocupado por hacer un bien común.

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