martes, 1 de marzo de 2011

Carlos Medina Palazuelos
Tercer semestre

Uno de los métodos de evaluación más significativos que tiene la Preparatoria Ibero es la Evaluación Integradora, para algunos una pesadilla, para otros una oportunidad más para superarse y reflexionar sobre los conocimientos adquiridos en el semestre.
La evaluación siempre es esperada por los alumnos, acompañada de nervios, ansiedad y el típico estrés que sólo la Prepa Ibero sabe dar, y como decía un compañero: “En la Ibero siempre estás trabajando o estás viendo a alguien trabajar”. Esto es muy cierto, a decir verdad, la única cosa sensata que le he escuchado en todo el semestre. No es extraño ver a un estudiante de la Prepa Ibero a finales de semestre con una condición alterada por terminar su portafolio de Evaluación Integradora, agregándole todo el peso de entregas de proyectos y exámenes finales.
He estado en esa situación, a decir verdad sufrí de estos síntomas este mismo semestre, el estrés era tanto que estaba a punto de explotar, y no literalmente, tenía miles de proyectos finales que entregar y para colmo la organización de mi equipo no era la indicada, pero a pesar de todos los infortunios se entregaron todos y cada uno de los proyectos, aunque todavía faltaba algo….
Era una mañana oscura y fría, un excelente y maravilloso día para realizar mi Evaluación Integradora, todo estaba listo, ya tenía todo el portafolio, todas las evidencias seleccionadas con la firma de cada profesor, todo estaba bien, sólo existían muchos nervios al pensar en la calificación mínima que necesitaba para mantener mi beca, ya que si la perdía era inevitable mi salida de la Prepa. Lo único que me consoló fue el apoyo incondicional de todos mis amigos… La hora había llegado, mis sinodales habían llegado a tiempo y yo estaba listo, empecé a exponer las evidencias de Experiencia Laboral de forma fluida pero nerviosa, después vino la segunda etapa, en donde tenía que exponer una materia al azar, me tocó Ciencias Naturales, que a decir verdad no es una de mis materias favoritas, pero ya estaba a medio camino por lo cual decidí proseguir y explicar mis evidencias relacionadas con el propósito general del curso. Después de algunos minutos mis sinodales prosiguieron con una típica ronda de preguntas reflexivas, las que por cierto contesté con algo de incertidumbre pero con seguridad, muy al fondo de mí. La Evaluación Integradora concluyó y pude alcanzar el promedio que necesitaba para permanecer en la Prepa.
Este ha sido uno de los semestres más pesados que he tenido y aún sigo pensando que la Prepa Ibero no es apta para cardiacos, pero a pesar de esto, me enorgullece decir que soy un estudiante de la Preparatoria Ibero.

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