jueves, 26 de mayo de 2011

Amada Delgado Salgado
     Pedro Ángel Palou estudió Lingüística y Literatura Hispánica en la BUAP, fue Secretario de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, profesor, promotor cultural, columnista y pertenece a la llamada generación del Crack, junto con Jorge Volpi e Ignacio Padilla. Esto es algo de lo mucho que ha realizado el escritor del cual abordaremos su novela histórica Pobre Patria Mía.
     Empecé a leer la novela con poco entusiasmo, sin embargo, en las primeras frases me atrapó “…Soy el hijo de Ocho Venado-Garra de jaguar, Soy la guerra. Soy la muerte. Soy el dolor. Soy el viento, el fuego, el agua, la tierra. Soy el sumo sacerdote, el yaha yahui, el águila-serpiente de fuego. Soy José de la Cruz Porfirio Díaz, el olvidado.” (pág. 15). La novela de Porfirio Díaz, quien con voz propia nos acerca a su vida a partir del momento en que sale de la Ciudad de México y realiza un recuento de lo que ha sido su existencia, desde la niñez hasta su exilio en París.
     Con un lenguaje sencillo se presenta el México lleno de dolor por la lucha y las múltiples traiciones, además, también proyecta su propia lucha, pues se siente impotente por no poder hacer nada por su país, al que, desde su perspectiva, le ha dado todo, él ahora está enfermo y con la edad encima, sufriendo su propio dolor y su disputa, así como le está sucediendo al país.
     En esta novela se presentan los logros de Díaz, la opinión que tiene acerca de sus amigos y enemigos, sus amores con Delfina y su contemplación por Carmen.
     En Pobre Patria Mía se humaniza al hombre, mostrando una faceta no conocida de Díaz, donde el general se siente traicionado ante una nación a la cual llevó al orden, dando lo mejor de él a través de la construcción del ferrocarril, su lucha por introducir la modernidad, el petróleo, etc., y ahora, lo que duele es sentirse viejo y no estar listo para dar nuevamente la batalla como la dio a lo largo de toda su vida, hasta conseguir lo que el más deseaba: ser presidente. “Siento que ya es hora. No tengo ganas de nada, ni de comer, ni de hablar. Estoy muy cansado. Cansado como debe de estar un ahuehuete milenario…Nunca pensé que me sentiría así. Yo he sido siempre la representación de la fuerza, de la voluntad invencible. Soy como un ave fénix que regresa, renace. Una y otra vez vuelve.” (167).
     Por todo lo anterior, espero que muy pronto leas la novela, que te dará una perspectiva diferente acerca de este personaje polémico, pues simplemente tendrás una imagen totalmente contradictoria acerca del Díaz que siempre nos han mostrado.

Palou, P. A. (2010) Pobre Patria Mía. México: Planeta.

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