sábado, 16 de julio de 2011

Alejandra Elisa Jhonson Camacho
Segundo semestre
    
     Hace un año no hubiera podido imaginar un servicio social como los que he realizado en primer y segundo semestre de preparatoria. Ahora que lo he vivido puedo decir que es una gran experiencia, algo muy interesante y que, por supuesto, no me esperaba.
     Este segundo semestre, como proyecto de Servicio Social tuvimos el Kilómetro del libro. Al principio pensé que sólo tendríamos que recolectar mil metros de libros pero estaba equivocada, los libros recolectados eran sólo la etapa final.
     Conocíamos ese producto final, los libros, pero ¿para qué? Ésta fue la parte más interesante de todo, lo que recolectáramos sería donado a cinco escuelas primarias que no contaran con una biblioteca infantil.
     Aun después de tener toda esta información nos faltaba algo, conocer el problema principal del Servicio Social: el estado de la lectura en México. Muchas veces me he dado cuenta que hay personas que ni siquiera les interesa abrir un libro y leerlo; también he visto personas devorar libro tras libro, no importa si es pequeño o muy grande. Pero no basta con las experiencias de alguien que pueda comentar; toda esta información tuvimos que investigarla y analizarla. Tomamos en cuenta estadísticas, artículos, investigaciones, etc. Nada de esto fue trabajo fácil, pero la causa nos animaba.
     Los alumnos de segundo semestre tendríamos que ir a las cinco escuelas primarias, a las que se donarían los libros, para dar talleres. Muchos no sabíamos el propósito de esto, después nos lo hicieron saber. ¿De qué serviría darle libros a un niño que no le gusta leer? Para eso estábamos yendo a las escuelas, para formar en los niños un gusto por la lectura y así, cuando los libros fueran entregados, ellos tendrían las ganas de leer uno.
      A estos talleres asistimos tres días seguidos, pusimos nuestro mayor esfuerzo para que a ellos les interesara la lectura ya que este era uno de nuestros principales objetivos.
     Después de los talleres llegó el momento de trabajar en el producto final. Fue por esto que los días 9 y 10 de abril estuvimos en el Zócalo de la ciudad de Tlaxcala, recibiendo donaciones de libros y realizando actividades culturales y de entretenimiento, así cómo talleres de “lecto-juegos” con los niños que se acercaban a los stands que, previamente, habíamos dispuesto. Así esperamos que el kilómetro se juntara y que con esto los niños de las escuelas beneficiadas tuvieran la oportunidad tener libros en sus manos.
     Aunque el objetivo de los mil metros no se logró, cada escuela recibió aproximadamente trescientos libros que esperamos los niños utilicen y aprovechen de la mejor manera posible.

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