martes, 20 de septiembre de 2011

Aldo Vázquez Chávez
Quinto semestre
     Inicio del ciclo escolar, aunque ya no tan inicio pero indistintamente sigue habiendo mucho qué decir, en mi caso es el principio del fin; en el de otros es la mitad del camino, y para otros más hoy sólo es el inicio de una nueva trayectoria. Es interesante como todos percibimos este tiempo y este lugar de manera distinta; cuando recorro los pasillos de la escuela y paso al lado de algún salón en el que estuve y lo veo vacío, me vienen a la mente recuerdos de cuando yo me encontraba en ese grado y ahora que estoy por egresar me llegan también recuerdos de lo que hice con los compañeros que hace un año fueron “los nuevos”.
     Cuando iniciamos este curso, a mí y a otro compañero, se nos encomendó el mensaje de bienvenida para los de nuevo ingreso. La realidad es que me quedé con ganas de decir algo realmente valioso, algo que fuera más allá de un discurso bonito y un “bienvenidos”. Me quedé con ganas de advertir que llevar una agenda resuelve gran parte de la vida en la preparatoria, hubiera dicho que a pesar de que muchas personas hablan del ámbito académico como una cuestión meramente intelectual, no es sólo eso, también hay que sentir, sentir la impotencia que da cuando un miembro del equipo no cumple con el trabajo, la alegría a la hora de llegar al hostal en el rally histórico, el dolor al conocer acerca de la trata en México, de los migrantes que se ven obligados a viajar encima de los trenes. Sí, el trabajo aquí es intenso, pero no sólo se trata de trabajar también se trata de humanizarse, de permitirse sentir el dolor, el coraje, la indignación para tomar fuerza para cambiar este mundo.
     En mi caso, el inicio en la Prepa Ibero Tlaxcala fue un poco escabroso, pero si algo tengo que mencionar para mis compañeros de primer semestre es que el camino es difícil pero ninguno aquí está solo y, bueno, quién lo está es porque así lo ha decidido.
     Mientras me encontraba con un promedio de 5.6 en el primer corte del primer semestre nunca faltó alguien que me tendiera la mano, mientras tenía 5 materias reprobadas a mitad del segundo semestre tampoco faltó alguien que me ayudara a planear estrategias para resolver los problemas que se presentaran, mucho se trata de permitirse ayudar y también de buscar ayuda. Y ahí no se termina porque cuando cambié mi situación académica tampoco faltó alguien que me dijera “lo estás haciendo bien” o que me felicitara.
     Y bien, desde el punto de vista de este estudiante, viejo para su nivel o “experimentado”, como quieran llamarlo, va un consejo que no me han pedido pero que recibirá todo el que lea mis palabras. Durante el semestre se presentan distintos eventos que sortear, a veces le tocan a uno mismo, otras veces al grupo, a donde quiero llegar es al autocuidado y lo que quiero lograr con esto no es que cada quién camine por los pasillos cuidando de sí, sino que camine por los años de la preparatoria cuidando de los suyos. Ya somos un grupo reducido, el grupo de los que estudian la preparatoria y somos menos aun los que nos encontramos en la educación privada; allá afuera no habrán compañeros ni profesores, no hay que rendir cuentas a un director, lo único que hay es el aquí y ahora en la Ibero; es el grupo al cual pertenecemos y al decir “al cual”, me refiero a que cuidemos de los nuestros. No busco excluir a ningún grupo de este cuidado, pues es para lo que nos forman, pero el trabajo que día con día realizamos nos cuesta a todos un poco, sin importar lo que digan algunos maestros acerca de que a ellos les fue peor, sin importar lo que otros se atrevan a decir respecto a que somos unos “matados”.
     En el trabajo de todos los días, en la experiencia hombro con hombro, por lo menos yo he encontrado personas que entienden cómo me siento, mis alegrías, mis miedos… con ellos, en ellos he encontrado fortaleza para dar lo mejor otro día, porque aquellos son los compañeros del tiempo y lugar que me ha tocado vivir. No los dejen caer y sobre todo, no se dejen caer.

     Ya iniciamos, el camino es largo y cansado pero no somos pocos los que emprendemos la caminata así que con mucho cariño los invito a que caminen con nosotros este final y que nos permitan acompañarlos en el camino que inician. Bienvenidos

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