viernes, 15 de febrero de 2013

Arianna Guntvedt

A veces, uno esta demasiado inmerso en sus actividades del día a día y es consumido por pendientes que parecen nunca acabar. Esto no contribuye a nada más que alejarnos de los que nos rodean en un intento loco por hacer todo sin el apoyo de los que nos rodean. Algo similar me pasó el último mes: entre aplicaciones a universidades, ensayos exámenes, clases de música y conciertos, se me olvidó por este periodo de tiempo lo que significa en realidad tener un apoyo y más que nada, tener la oportunidad de apoyar. La oportunidad particular se me presentó cuando algunos compañeros y yo tuvimos la posibilidad de ir a decorar un jardín de niños en la colonia Río Medio del Mpio. de Veracruz que, desafortunadamente había sido dañada por la delincuencia en días pasados.
 En general, esta experiencia de servicio social,  estas acciones dirigidas en este hacer  fue gratificante. Nada se puede comparar con las miradas de alegría de los chiquillos al ver a sus personajes favoritos de las caricaturas plasmadas en las paredes de su patio. Spiderman, Ironman, La Cenicienta, Bob Esponja, Ben 10 entre otros, el sentirnos acompañados  y vigilando  por  los niños mientras jugaban y corregían nuestras líneas y colores, sabe bien.
Nosotros no somos ni seremos  superhéroes, pero lo que podemos hacer para los demás tiene la virtud de cambiar tanto nuestras vidas como las de los que nos rodean.

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