viernes, 7 de febrero de 2014

Mtra. María de los Ángeles Díaz Rodríguez
Semanas de intensa actividad, de mucho movimiento en cada uno de los planteles que conforman los Bachilleratos Ibero. Los escritos que aparecen en esta, la trigésima tercera emisión de nuestro boletín, son viva expresión de narraciones que dan testimonio o describen múltiples entornos de aprendizaje.
     Es interesante la manera en cómo nuestros estudiantes establecen relaciones con los distintos contextos en los cuales aprenden. El espacio del salón de clase ya no es exclusivo lugar en donde se genera el conocimiento; cada escenario que elije, un docente o un alumno, está asociado con prácticas de alto impacto que favorecen el potencial de desarrollo de un estudiante en este nivel, no sólo en la adquisición de nuevas habilidades sino la puesta en acción de aquello que ya sabe pero que ahora, abierto a la experiencia, intenta aplicar en diferentes entornos que estén asociados a su vida y, sobre todo, que le sean útiles para las siguientes etapas de formación.
     El tono emotivo en que se redactan muchos de los escritos les permitirá apreciar cómo los jóvenes, al relacionarse con otros grupos, instituciones y comunidades fortalecen o renuevan su escala valoral, aspecto esencial para su formación integral.
     No existe un camino único que un docente pueda seguir para que sus alumnos se vinculen con diferentes entornos educativos, lo importante es permitir que estos puedan ser experimentados y analizados desde el muy peculiar estilo de aprendizaje de cada estudiante. Supone un mayor desafío a la práctica docente y un reto para la Institución en dar cauce a los intereses de los jóvenes, pero estoy cierta que sus aprendizajes tendrán mayor significado a su proyecto de vida.
     Enhorabuena por el esfuerzo realizado, por la retroalimentación que nos brindan y por compartir aquello que nos pueda hacer más comunes para alcanzar nuestros objetivos educativos.
    

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