miércoles, 12 de marzo de 2014

Patricio González

Salimos de la prepa cerca de las 6:20 de la mañana con el objetivo de llegar a tiempo a nuestro destino, la ciudad de México y su tráfico cada vez más aterrador. Pasadas las 9:30, llegamos a la cafetería de Sanborns a desayunar. A las 10:15 las maestras ya estaban recorriendo mesas para apresurarnos a pagar y estar listos para salir al museo. Cuando llegamos, nos dieron audífonos para escuchar perfectamente al guía; empezamos viendo lo malo que ha pasado en el mundo: vimos más a fondo todo lo que Hitler le hizo a los judíos, homosexuales y a todos los que no se sometieran a sus órdenes. Después de hacer el recorrido —con fotos, videos y hasta el vagón original donde transportaban judíos a los campos de concentración— durante la visita y, al final de ésta, nos hacían una pregunta: ¿nunca más volverá a pasar esto? Podríamos casi afirmar que esto jamás pasará de nuevo, pero si te pones a investigar un poco te das cuenta que esto sigue pasando, a menor escala pero sigue pasando. Todos nosotros tenemos una responsabilidad como seres humanos de cuidarnos, se supone que el futuro es hoy, tenemos avances tecnológicos y sociales, y día con día, nosotros como personas, también debemos de ir evolucionando para lograr ser la mejor versión de nosotros mismos.
     En el museo nos enseñaron que la tolerancia es una de las cosas más importantes para vivir en convivencia, nos dijeron que el significado de tolerancia no es aguantar, la tolerancia es respetar los ideales, las actitudes, los deseos, así como el carácter de los demás, ser pacientes con opiniones o acciones que no estén de acuerdo a nuestra forma de pensar. Si todos fuéramos tolerantes lograríamos desaparecer muchas cosas como las guerras, los atentados y enfermedades como la bulimia y anorexia, estas enfermedades se originan por presión social.
     Hay que aportar nuestro granito de arena para lograr ser una mejor sociedad

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