sábado, 14 de mayo de 2011

Carlos A. Alatriste Montiel
     Twitter es una herramienta –entre muchas otras– del fenómeno denominado “Social Media”, caracterizado por la posibilidad de generar contenidos y difundirlos a través de la red. A su vez, esta información puede ser retroalimentada mediante un diálogo fecundo. Como todas las herramientas, la utilidad de este microblog es relativa. Va un ejemplo burdo pero elocuente: el martillo. Tres buenos golpes son suficientes para colocar un clavo, pero el descuido o la falta de pericia han producido más de un dedo hinchado; y si a ello le sumamos la irresponsabilidad… En fin, no hablaré aquí de los riesgos, que los hay. Se trata de resaltar y aprovechar las oportunidades para sacar ventaja. Como dijera Ana María Jaramillo en su libro Twitter para todos. Su negocio en 140 caracteres, publicado en 2010 por editorial Vergara en Colombia: “Twitter es sinónimo de instantaneidad y esa capacidad de replicar rápidamente información en tiempo real, hace que muchos mensajes aporten, en sí mismos, un contenido muy importante” (32). Twitter es, también, sinónimo de fugacidad.
     En el capítulo 7, Ana María Jaramillo sugiere que la clave del éxito está en la información que se publica: “Para construir una buena red de seguidores y mantenerlos comprometidos, es necesario ofrecer un contenido de excelente calidad, que origine un efecto viral, es decir multiplicador, pues siempre habrá quien envíe los mensajes más valiosos” (Jaramillo, 2010,71). Luego ofrece estrategias de posicionamiento, monitoreo e interacción con los clientes, para concluir con una presentación de experiencias exitosas en términos de mercadotecnia. Si todas las bondades que se dicen de Twitter son ciertas, habrá que tener presente que obtendremos los mejores beneficios en la medida en que estemos en contacto con mensajes oportunos, y sobre todo, si somos nosotros quienes los producimos.
     Y puesto que el microblog no es una herramienta útil sólo para las empresas, comparto aquí una lista de escritores con cuentas en Twitter, en un orden totalmente caprichoso, empezando con el narrador y ensayista poblano Pedro Ángel Palou @pedropalou, autor de novelas históricas como Zapata, Morelos y Pobre patria mía, lo mismo que de novelas de amor como Bajo la piel del deseo y La casa de las magnolias. Juan Villoro @JuanVilloro56, escritor y periodista, de quien es difícil saber si ama más la literatura o el fútbol. Jorge Volpi @jvolpi, coordinador, junto con Denisse Dresser, de un libro muy ameno titulado: México: lo que todo ciudadano quisiera (no) saber de su patria. Alberto Ruy Sánchez @AlbertoRuy, novelista y poeta, viajero incansable, que escribe “ritualmente sobre sus asombros”. Óscar de la Borbolla @oscardelaborbol, doctor en filosofía y narrador de sucesos fantásticos en libros como Dios sí juega a los dados y Nada es para tanto. Cristina Rivera Garza @criveragarza, autora de Nadie me verá llorar, Ningún reloj cuenta esto y La frontera más distante. Gerardo Sifuentes @Sifuentes, autor de Pilotos infernales y actualmente director editorial de la revista Muy interesante. José Luis Zarate @joseluiszarate, autor de Quitzä y otros sitios, y quien –por cierto– ha publicado en Twitter divertidas series de microrrelatos. Bernardo Fernández BEF @monorama, ilustrador y autor del libro Gel Azul. La lista es larga e incluye también a David Miklós @dmiklos, Héctor Aguilar Camín @aguilarcamin, Alberto Chimal @albertochimal, Heriberto Yépez @heriberto_yepez, Aurelio Asiain @aasiain, Jordi Soler @jsolerescritor, Edmundo Paz Soldan @edpazsoldan, Sara Uribe @RaraUribe, Gilberto Prado Galán @gilpg.
     No son todos.

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