viernes, 25 de noviembre de 2011

De la lengua y los hablantes
Mtra. Carmen E. Acosta Betancourt

     A propósito del tiempo que acabamos de vivir que fue recordar a los muertos, costumbre mexicana que sobrevive hasta hoy, desde luego con algunas variantes, se me ha ocurrido evocar el refrán: Sobre el muerto las coronas, el cual nos sugiere hacer las cosas inmediatamente después de la causa que las motiva. Es decir, el llanto sobre el difunto; hacer las cosas enseguida.
     Y me pregunto ¿Por qué las coronas? ¿Qué significado tiene que en una tumba se coloquen coronas? y me encuentro con un concepto que en primer lugar alude a una ofrenda floral en forma de círculo dedicada a un fallecido, pero también se refiere a la colección de escritos y discursos producidos con ocasión de la muerte de una persona y que constituye un panegírico.
     Entre paréntesis resulta Interesante destacar que las coronas sobre todo las fabricadas con hojas de verdor perenne, como las de la palma o el laurel, fueron en la Antigüedad un signo de gloria y reconocimiento que se otorgaba a quienes sobresalían en los juegos, la guerra, las artes y la sabiduría, o en la consecución y el mantenimiento de la paz, asimismo aquella diseñada con ramos de olivo que era señal de glorificación y acatamiento. El verdor perenne de sus hojas, como el de todo reino vegetal, simboliza la vida que perdura inextinguible, o que se regenera con un ritmo cíclico preciso, y por ello simboliza la inmortalidad. La capacidad de todos los vegetales para renacer cada primavera con idéntico esplendor, hacen de tales ornamentos un símbolo universal para representar la idea de la permanencia del difunto, la esperanza de resurrección y la consecución de la inmortalidad.
     Con ello me explico el hecho de utilizar las coronas sobre las tumbas del muerto y nuevamente vuelvo admirar la sabiduría y el buen humor de nuestra gente del pueblo al emular significados para vivir la vida común y corriente, y me retracto, también la de los grandes monarcas, aquéllos que después de muerto el rey, inmediatamente se busca el sucesor de la corona.
     Y en esta polisemia de “corona” encuentro que ¿será por eso que después de una fuerte emoción, alegría, tristeza o impacto, los amigos se dicen: “digamos salud con una corona”?

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