miércoles, 25 de mayo de 2011

Rolando Maroño Vázquez

     Escribir es una parte importante en mi quehacer diario para irme haciendo, pero lo que me apasiona es decir, discursar, construir a través de la palabra, exponer mis pensamientos, apropiarme de las ideas que me mueven y emocionan.

     Somos únicos. Pero ¿cómo se define único? ¿Qué es lo que nos hace únicos? Somos personas con características propias que son definidas por nuestras experiencias y vivencias, pero para poder definirme tengo que conocerme, éste soy yo.
     Mi cuerpo que asemeja un palillo de dientes, esbelto, enclenque y larguirucho, podría parecer débil, pero tengo mucho equilibrio físico-mental y resistencia, sin embargo, no tengo tanta fuerza. Mi cabeza no es tan grande y es un poco larga, mi pelo es corto y es café, igual que mis ojos, mis dientes grandes y amarillentos.
     El cuerpo sirve como recipiente de algo superior, este cuerpo es el jarrón de Rolando Maroño Vázquez.
     La moral es muy importante para mí : el compromiso y respeto son mis máximas, en mi visión no hay matices, algo o es bueno o es malo, no hay nada en medio, lo que alimenta mi responsabilidad, mi entusiasmo y mi amistad; nunca me he considerado una persona ni tolerante ni inteligente, soy una persona con el mismo cerebro que todos, sólo que hay cosas que me interesan y que les pongo más atención, que son mucho más importantes que las cosas a las que los demás le ponen atención.

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