sábado, 16 de julio de 2011

María Eugenia Arias

Corazón pisado,
apaleado, desganado.
Un estómago vacío.
Un estómago vaciado,
vomitado, ahogado.
Corazón y estómago,
mutilados, suicidados,
(asesinados)
muertos de su propia mano.
Mis manos, sus manos

Corazón apedazado,
entregado y roto
traido de vuelta.
Estómago que encarniza
el dolor, el ácido.

Ambos, entrañas cadavéricas,
apenas trozos de lo que un día fueron
¿Y fueron? ¿Quién sabe?
Cuando llegué estaban muertos

0 comentarios :