lunes, 19 de septiembre de 2011

D. Arianna Guntvedt Castro
Tercer semestre
     Anochecía, las gradas de la Universidad Iberoamericana estaban repletas de alumnos y maestros de México, Puebla, Tlaxcala, Acapulco, y Veracruz. Era la primera noche de Interprepas y a mi alrededor la gente estaba platicando animadamente sobre los eventos del día siguiente, o del clima agradable en Puebla. La ceremonia de apertura concluyó y todos estábamos esperando la hora de irnos a nuestros autobuses.
     Esa noche fue una noche especial para mí porque después de un año en el que trataba de adaptarme al hecho de asistir a una escuela en Veracruz después de haber vivido un año en California, pude sentir mi conexión con Prepa Ibero. No sé si fue el viaje en autobús hacia Puebla con mis compañeros, o las miles de porras que cantamos a Veracruz, pero Interprepas cambió mi manera de ver y vivir Ibero, la convivencia me abrió a emociones nuevas. Me di cuenta de que había más cosas importantes de lo que yo había visto. Había una comunidad entera detrás de las aulas y esa noche yo estaba sentada entre ellos, representando a Veracruz.
     Aunque no nos fue nada bien en Interprepas 2011, hoy puedo decir que yo ya me siento parte de esta gran familia Ibero. Creo que estos encuentros con los otros son una excelente manera de promover la unidad y hacer que el concepto de asistir a la escuela vaya más allá de solamente ir a clases y pasar las materias. Ir a la Prepa Ibero Veracruz ahora para mí significa representar mi escuela en la sociedad veracruzana en todos los aspectos: académicos, culturales y de acción social.

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