lunes, 19 de septiembre de 2011

Alejandra Rendón Herrera
Primer semestre
     En Londres, Erick y yo viajábamos por todos los sitios que encontrábamos; viajamos a España, París, Marruecos, Cambridge y, por último, Londres. Estábamos viajando por un año por nuestra reciente luna de miel.
     Encontramos unas cabañas en un bosque; nuestra cabaña estaba en lo más alto del bosque y tenía un gran espacio alrededor con muchos pinos y otros tipos de árboles mucho más grandes y frondosos.
     La humedad era mucha y la niebla perduraba hasta las doce del día, el sol era picoso, pero la sombra de cualquier árbol era más fría de lo que uno pensaba y creía.
     Llovía porque era verano, Erick y yo salimos al bosque a disfrutar del frío y de la lluvia; me miró tristemente y su mirada se fijaba en mí como estacionado en un mismo pensamiento, estaba acostumbrada a sus miradas pero ésta no me agradaba…
     —Me llamaron. Habrá guerra y tengo que volver a Florida mañana temprano, mi equipo me espera, quiero que te quedes aquí a disfrutar—aseveró con su mirada aún más triste.
     Eran las 5:00 am y me desperté volando y saliendo de la cabaña para despedirme, tal vez, por última vez.
     No quería que se marchara, no quería que se fuera…
     —Te amo, no quiero que te quedes sola, volveré te lo prometo — me besó fuertemente y me regaló un abrazo; pude notar que su ropa y su piel se impregnaron del aroma del bosque; lo vi alejarse con sus maletas y en ellas mi corazón.
     …Veinte años después y aún sigo guardando el aroma del bosque en el momento en que me abrazó. Llevaré sus miradas en las mías y en mi corazón hasta que regrese.

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