martes, 20 de septiembre de 2011

Mtro. Rodrigo A. León Labastida
Director de Prepa Ibero Veracruz
     Se palpaba la grandeza de la ilusión, la brillantez de la energía positiva, el entusiasmo apoteósico de los que iniciábamos una nueva aventura. Sabíamos que nuestras vidas iban a quedar marcadas por esta nueva experiencia. Lo importante no es leer artículos que hablen de ella, tampoco que hablemos como grandes eruditos, lo importante es vivirla, sentirla, amarla, reflejarla a los que nos rodean.
     Hace tres años que iniciamos, hace un mes que te fuiste, y en la soledad de mi corazón, al estar solo en la oficina, me he preguntado: ¿qué hacer para ser…?
     Eres la generación primera. Sonrisas, llantos, regaños, abrazos, llegadas tardes, tareas entregadas, gritos, alegrías, crecimiento, y hoy… silencio, soledad, cansancio, frustración, amor, pensamientos, sentimientos, reflexión, ¿satisfacción?, ¿orgullo?, ¿agradecimiento?
     Un nuevo día, una nueva oportunidad, un Ciclo Escolar en blanco, nuevas sonrisas, miradas nerviosas, preguntas que surgen, paredes que oyen, oídos que escuchan, cuerpos que se abrazan, amigos que se encuentran.
     Los buenos días se escuchan de nuevo. Ya nunca serán los tuyos. Las voces son nuevas, las ilusiones diferentes. Hay nuevos rostros, tanto de maestros como de alumnos. Nuevas familias han llegado, nuevos retos, una generación diferente, en donde la responsabilidad y la exigencia marcarán los cimientos para el crecimiento de un nuevo ser humano.
     La pregunta se agolpa de nuevo en mi cerebro, pero ahora se han dado cita también el entendimiento, el carácter, el corazón. La razón dirige, pero los demás también tienen voz y voto. ¿Cuál es el problema a resolver? La pregunta está sobre la mesa: ¿Qué hacer para ser…? ¿Qué hacer para ser…?
     ¿Qué hacer, para ser una mejor persona?
     ¿Qué hacer para ser un mejor educador?
     ¿Qué hacer para ser un mejor directivo, líder?
     ¿Qué hacer para ser opción en Veracruz?
     ¿Qué hacer para ser un espacio de paz, seguridad y tranquilidad cuando las balas retumban en el silencio de la noche, de la misma forma que lo hacen cuando el sol quema nuestros cuerpos?
     ¿Qué hacer para ser una respuesta de esperanza para los que han perdido todo: familias, casas, aliento, deseos de vivir?
     ¿Qué hacer para ser formadores de seres humanos que se arriesguen, que encuentren razones para vivir y servir, que no le tengan miedo al cambio, sino que lo impulsen, que sean generadores de conciencias claras, que trabajen armónicamente, que luchen codo con codo por una sociedad diferente?
     Sólo una respuesta que no es mía, pero que la estoy tratando de entender, para lograr dar respuesta a la infinidad de cosas por hacer:
    
“Trabaja como si el éxito dependiera de tu propio esfuerzo, pero confía como si todo dependiera de Dios”
     San Ignacio de Loyola

      Bienvenido a un nuevo reto, bienvenido a una nueva aventura, bienvenido al encuentro contigo mismo para llegar a ser lo que debes de ser.
     Un abrazo fraterno y el compromiso de hacer, para ser…

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