lunes, 19 de septiembre de 2011

De la lengua y los hablantes
Mtra. Carmen Estela Acosta Betancourt
     Esta construcción verbal que se contextualiza en momentos de despedida, acuñada hace poco, o al menos escuchada apenas de dos a tres años hacia acá, siempre me ha producido cierta sensación de molestia, debido a que la intención me lleva a comprender ¿alguien tiene que decir que me tengo que cuidar? ¿Ese significado no es implícito en el seguimiento del diario vivir? La escucho como una sugerencia innecesaria, hasta pleonástica, si me permiten la hipérbole.
     Recuerdo que en algunos casos, cuando era niña y mi madre estaba enferma, algún familiar llegaba y me decía al despedirse: “cuida mucho a tu mami”; “cuida a tus hermanos”, o bien, “cuida la casa”, entonces en esa circunstancia encontraba sentido al concepto “cuidar”, concibiéndolo como recomendación o consejo especial, que según yo, reiteraba el interés y atención hacia la persona u objeto en cuestión. Pero insisto eso de “cuídate” o “te cuidas” me parece tonto, ya que a través de esa locución, como receptor, infiero que no soy capaz de considerar que debo proveerme de cuidados en cualquier ámbito (salud, alimentación, educación, vestido, tranquilidad, etc.).
     Pasado el tiempo, he tenido que subordinarme a escucharla más y más y tener que agradecer a quien la dice pretextando un buen deseo: que la pase bien, que disfrute, que me quiera, que me valore. Es decir, el “cuídate” viene a resultar sinónimo de “que estés bien”, al menos es el significado que quiero concederle para calmar el ruido semántico que no sólo me inquieta sino hasta me causa contrariedad.
     Sin embargo, ante este aciago presente, agosto de 2011, la expresión a la que me he venido refiriendo por su inexactitud semántica, cobra vigencia y coherencia en nuestro contexto, ya que el momento histórico que nos reviste precisa de esa intención anafórica; la violencia, la extorsión, el secuestro, el narcotráfico, la inseguridad, obligan a reiterar entre los interlocutores la buena intención de “te cuidas” o bien de manera enclítica, “cuídate”.

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