viernes, 25 de noviembre de 2011

Camila Ferré D’Amaré y Gómez Muro
Tercer semestre

     Antes de partir tenía prisa. El miedo de que los demás se adelantaran y tomaran la combi sin mí se encontraba constantemente picoteando mi cabeza. Fue por esto que tomé todas mis cosas y las amontoné en mi locker como mejor pude, además de atragantarme el licuado de chocolate que era el desayuno que debía estar en mi estómago una hora antes pero que, por la presión de estar a tiempo en la escuela, llegaba hasta ese momento a mis adentros.
     Afortunadamente, el miedo con espíritu de pájaro carpintero, pasó y todos juntos tomamos una veloz combi hacia Santa Ana. Allí hicimos una pequeña parada en la que casi todos compraron una caliente y reconfortante torta de tamal. Acto seguido, paramos un camión que nos llevó a SE Bordnetze S.A. de C.V. Tuvimos que esperar al profesor y después de que llegó acompañado por el director, esperamos otro rato para poder entrar.
     Ya adentro, nos dirigimos a una pequeña sala de conferencias donde cuatro personas nos explicaron diferentes aspectos importantes de la empresa que nos ayudarían a entender mejor el recorrido entre ellos, historia, misión, visión, objetivos y calidad.
     Lo siguiente fue conocer la planta en la que se cortaba el cable y se unía con una parte metálica para formar circuitos. Desde este lugar, nos trasladamos a una parte donde nos hicieron pruebas de concentración, que todo empleado, sin importar su jerarquía, debe de pasar. El que mi equipo realizó tenía como objetivo llenar, con las primeras dos partes, unas formas basados en un dibujo que debíamos recordar. A pesar de que el recorrido era muy interesante, mi cuerpo empezaba a recriminarme el sólo estar alimentado por un licuado y agradeció desde muy dentro de sí el anuncio de que, muy amablemente, nos iban a regalar un pequeño lunch. La torta fue todo un manjar, (salvo el queso amarillo, que no pude evitar espurgar ya que no me gusta) un jugo y un chocolate. La necesidad básica se cumplió, pero demasiado rápido, a causa de esto me sentía muy satisfecha.
     Por último, el director y el profesor entregaron al gerente general un reconocimiento después de que el último se dirigiera a nosotros para expresarnos su satisfacción ante nuestra visita.
     Salí de SE Bordnetze con la clara impresión de que es una empresa preocupada por sus trabajadores y entorno. Crucé la calle con todos mis compañeros y paramos, como una bola de locos, la combi que prometía llevarnos a nuestro siguiente destino…

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