viernes, 16 de diciembre de 2011

De la lengua y los hablantes

Carmen E. Acosta Betancourt

     Esta expresión, que se ha convertido en una frase común entre los jóvenes, de primera intención, me remonta a la literal “X”; pero también sé que el significado que le imprimen los hablantes es “aquello que no tiene importancia”, “que tiene escaso valor”, “que es cotidiano”, “común y corriente”, y que, por lo tanto, no es digno de atención o de aprecio, y en este sentido, pudiera haber un acercamiento a la grafía X por lo incógnito que muchas veces representa, es decir, por la ausencia o vacío de significado.
     Haciendo un recorrido histórico del uso de la X, se observa que ha sido usada en diversos ámbitos, prioritariamente como fonema de nuestro alfabeto, y por extensión, en el ámbito de las Matemáticas (símbolo de multiplicación), en la Probabilidad (incógnita), en la Geometría analítica (coordenadas cartesianas, eje de las abscisas), en la numeración romana (número diez), en la Física (Rayos X, radiación electromagnética), como código (XOXO, abrazos, besos), como firma (manera de firmar por quienes no sabían leer y escribir), en el Cristianismo (como símbolo del nombre de Cristo), como definición femenina (cromosoma distintivo de la mujer), en la alquimia (representación simbólica del vinagre), como referencia al alambique (aparato de laboratorio), en Informática (ícono de cerrar), y en la búsqueda de sus orígenes me encuentro con que es la décimo quinta letra del proto-sinaítico, samekh, que significa “soporte”, y da para más.
     En la vida escolar la “grafía-construcción” que hoy nos ocupa, se usa como tache bajo la subjetiva certeza de lo incorrecto, y concluyendo con esta polisemia de la x quiero obsequiarles, estimados lectores, la siguiente estrofa de uno de los poemas más sentidos y quizás más denunciantes sobre México, del poeta Ricardo López Méndez: México creo en ti.
     “México, creo en ti,
porque escribes tu nombre con la equis,
que algo tiene de cruz y de calvario;
porque el águila brava de tu escudo
se divierte jugando a los volados
con la vida y, a veces, con la muerte.”

     Me pregunto: ¿Verdaderamente es equis hablar de la X?

Bibliografía:
López Méndez, R. (2004) Poesía y pensamiento. Fondo de Cultura Económica, México.

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