viernes, 3 de febrero de 2012

Gerardo Horacio Porcayo

Destilar lejía en las venas
Jugar con las muñecas de tus sueños
cuando el reloj marca las tres y cuarto
cuando la aurora es una fantasía somnolienta

Sacarse el corazón
eso sería lo ideal

Arriesgarse al puñal de la muerte
extraerlo aún tibio
                    aún latente
Extraerlo como una muela cariada e inservible

Y dejarlo bajo tu almohada
al lado de tus sueños
Sembrarlo en ellos
Dejarlo germinar una
               más noches

Hasta que sus lentas raíces
               alcancen tus vacíos departamentos

Hasta que lo sepas
aún prisionero en esta jaula de recuerdos
en este piélago
este viejo abrevadero

Hasta que tu sangre se vuelva la mía
y juntos
               empecemos otros sueños

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