martes, 15 de mayo de 2012

Valeria Corona Berlanga

     Hace un mes, en la clase de Ética y Valores tuvimos que investigar las plataformas políticas de cada uno de los candidatos a las elecciones presidenciales de este año.
     De esta manera, mis compañeros y yo tuvimos una idea de quiénes son, de qué proponen y cómo lo proponen. Sucede que casi todas las propuestas son buenas. No basta con que lo sean, ¿estamos de acuerdo? Existe un gran paso de la teoría a la práctica.
     El martes 13 de marzo del año en curso, el Departamento de Ciencias Sociales y el Departamento de Humanidades de la Universidad Iberoamericana Puebla invitaron al Licenciado Andrés Manuel López Obrador a abrir el diálogo entre él y los alumnos y docentes de la institución.
     La conferencia “La Regeneración de México” se llevó a cabo en el Auditorio, el cual se llenó, había muchísima gente, sobre todo, había jóvenes, gente que fue a oír y a seguir construyendo su criterio como ciudadanos responsables del futuro de su país.
     El Licenciado Andrés Manuel López Obrador no iba a pedir el voto, sino a dar una conferencia en la que exponía el tema de la educación en México. Este fue un acto académico al cual asistió gente de la comunidad Ibero, como externos, alumnos de la BUAP, adultos mayores, con la finalidad escuchar sus propuestas educativas que brinden posibilidad de estudio para todos.
     Me gustó mucho que López Obrador estuviera abierto al diálogo, a las preguntas, a la gente. Me parece importante que sea así, porque, si la gente no investiga y no se preocupa por enterarse sobre las propuestas de los candidatos, ¿de qué otra manera, si no es con el diálogo, se puede dar a conocer esto que proponen?
     Me parece valioso que un candidato tenga este contacto con la gente, a que esté en la televisión o en actos públicos a los que sólo partidarios y acarreados asisten.  El Licenciado Andrés Manuel López Obrador puntualizó la importancia del cambio en los campos educativo, laboral y de seguridad.
     Sucede que en el sistema político nacional, inmerso en una “democracia” y en una corriente neoliberal, hay personas que tienen intereses políticos que no benefician o impulsan al desarrollo de nuestro país; este tipo de personas (políticos, empresarios, extranjeros, líderes de opinión, etc.) no les conviene que: 1. Los servicios sean públicos y gratuitos, ya que no se obtienen muchas ganancias, 2. La educación sea laica y gratuita, y 3. La información sea cultural, política, económica dirigida hacia la objetividad ya que esto generaría una menor manipulación mediática y por lo tanto una mejor elección de los candidatos, tanto a nivel legislativo como ejecutivo.
     A esta gente es a la que no le conviene el cambio, tanto así que el proceso electoral del 2006 no ha sido aclarado en su totalidad por las instituciones competentes.
     No sólo eso. ¿Y el 68? ¿La matanza de Aguas Blancas? ¿La Guerra Sucia? ¿El ejército educado por los Estados Unidos? ¿Atenco? ¿La devaluación de la moneda mexicana en el 94? ¿Los niños abusados por Maciel? ¿Cabo Pulmo? Y muchas, pero muchas cosas más.
     Que yo no tenga edad para votar, no significa que no sepa qué, quiénes, cuándo, dónde y porqué. Que estudie el 1er año de la preparatoria y tenga 16 años, no es síntoma de desinterés político. Y estoy segura, que así, habemos varios.
     Sin embargo, me pregunto: ¿dónde está la memoria de este país?
     La importancia de que se inviten a los candidatos a discutir las propuestas, es que nosotros, los jóvenes nos generemos una conciencia política independiente a lo que se publica diariamente en los medios de comunicación; que dialoguemos con nuestros padres, los profesores, los amigos, los hermanos.
     El día que la gente lea poesía, dejarán de existir las armas.

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