lunes, 30 de julio de 2012

Miguel Ángel López

      El ulular de los búhos por la noche, bajo el manto estrellado, dentro de la selva fría y oscura, siempre tan acogedora y a su vez peligrosa, nunca deja de preocuparte, lo que pueda estar cazándote. Mi aldea, que se encuentra en las partes más altas de la selva Quimicó, es un rincón lleno de maravillas; para alguien que no ha visitado este lugar, suele convencerlo de quedarse y no regresar a su vida cotidiana en la ciudad. Lugar magnífico, lleno de criaturas magníficas, otras espeluznantes, una flora aún más bella, totalmente diferente a lo que se está acostumbrado a ver.

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