jueves, 31 de enero de 2013

Abdel Rodríguez Cuapio

“Los seres humanos nos hacemos conscientes de que vamos a morir algún día, el comprenderlo, dimensionarlo y aceptarlo es un proceso que sucede entre los once y los trece años…”
Esto nos dice Savater (1999) en su libro titulado Las preguntas de la vida  y cuyo primer capítulo precisamente se llama “La muerte para empezar”.
Festejar la muerte es una forma de reconocer que vamos a morir; recordar a los que ya han muerto es prueba fehaciente del hecho considerando que (aunque algunos no los conocimos en vida) hay, en la memoria colectiva, un legado del difunto. Tal es el caso de artistas famosos o héroes de la historia. Si bien pueden ser lejanos, en nuestras propias familias hay memoria de abuelos, tíos y aun papás o hermanos que ya no estarán entre nosotros a pesar de poseer fotografías u objetos  que pertenecieron al hoy fallecido.
Explicaciones de la muerte hay muchas; conocer qué pasa después de la muerte es una respuesta que todo ser humano quisiera  saber. Explicaciones hay muchas, sin embargo, no es nada fácil hacerlo y cada persona debe entenderlo con los elementos axiológicos que posea en el momento en que esa realidad emerja a su vida; cada uno debe vivir el proceso de aceptación de esta realidad innegable en su vida.
Más allá de la tradición cultural en la que nos encontramos inscritos y haciendo a un lado la mezcla de consumo y religiosidad de las fechas de día de muertos, considero importante  la reflexión personal y cuestionarnos seriamente acerca de qué festejar y por qué festejar, y en especial, cuando vemos a tanta gente enajenada que sigue sin reflexionar sobre el verdadero sentido de esta festividad.
A lo anterior expuesto comparto un punto de vista que considero puede dar claridad: homenajear a la muerte le da sentido a la vida, facilita el entender que un día moriremos aunque no queremos que sea hoy, sin embargo, ese día inevitablemente llegará. Desde la cultura mexicana es agradable el festejo y la irreverencia ante ella y cierto es que no quiero morir, quiero vivir, disfrutar de la vida, la comida y de las cosas que la hacen grata, de la compañía, la música, la bebida... ¿Que un día moriremos? Sí; pero ¿hoy?... hoy no, hoy festejamos a la muerte que da sentido a la vida, y que ese día llegará y queremos que sea lo más distante posible en el tiempo.

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