viernes, 12 de abril de 2013

Montserrat Flores Castelán

Todos tenemos unconcepto de qué es ser feliz; reír, tener una sonrisa en el rostro, poder convivir con los demás... pero ¿la felicidad sólo se refiere a eso? Desde mi punto de vista es mucho más profundo que esto.

Para mí la felicidad es el estado de plenitud que posee cada ser humano, y como todos somos diferentes este estado de plenitud varia para cada uno dependiendo de nuestras necesidades, pongamos un ejemplo: Un niño que no tiene qué comer le causará felicidad tener un plato de sopa pero a uno que no le escasea el alimento le será irrelevante uno menos o uno más.

La felicidad además de ser el reflejo de la saciedad de las necesidades es la pacífica convivencia con tu persona, poder estar en paz con tu mente, tu alma, tu cuerpo, establecer una sintonía entre todos. Es poder tener un correcto flujo en las ideas dentro de tu cuerpo.

Y ¿la felicidad sólo trae eso? Estoy firmemente convencida que al ser feliz todo cambia, la actitud con los demás es diferente, puedes ser más paciente, abrirte a nuevas ideas, lo que traería un cambio drástico en ti y después en otro y en otro y así sucesivamente como un efecto domino.

El mundo sí necesita justicia, amor, tolerancia, paciencia, compasión, pero eso, eso trae la felicidad, la plenitud contigo y hacia los demás.

La monotonía que vivimos es el simple resultado de un mundo con personas infelices, de un mundo en donde las personas no aman lo que hacen, que viven de poses ante los demás negándose a aceptarse como son, porque viven atormentados por los propios mounstros que crean y no son capaces de superar.

Felicidad, felicidad y felicidad es lo que todos necesitamos. Seamos felices, aceptémonos, intentemos otras cosas, riamos a carcajadas sin razón, tal vez con la única razón de que estamos vivos y que cada minuto que pasa no regresa.

Traigamos compasión, amor, tolerancia, verdad... marquemos el cambio que la sociedad necesita. Seamos la ficha del efecto domino que cambie todo.

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