jueves, 24 de marzo de 2011

Rosa Elena Ortíz de la Fuente
     La Parábola de los talentos del Evangelio de San Mateo termina con una de las afirmaciones más fuertes que salieron de la boca de Jesús: “porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo poco que tiene” (Mt 25: 29). Es también uno de los textos que más conflictos existenciales ha provocado en mi vida, pero esa es otra historia.
     El sociólogo Robert Merton, en la década de los sesenta, retoma el versículo citado y crea el concepto efecto Mateo para referirse a un fenómeno también conocido como ventaja acumulativa que implica que, tal como funciona actualmente el mundo, los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres (Shaywitz, 2008, π. 4). Este efecto se presenta en la economía, la ciencia y la educación. En la ciencia:
  
  …describe la acumulación del reconocimiento y sus implicaciones en la estructura social de la ciencia. Los nombres famosos son recordados más fácilmente; por lo tanto, los jóvenes científicos que colaboran con reconocidos hombres de ciencia deberán demostrar con su propia obra, producto de una labor autónoma destacada, que pueden ser parte de la comunidad científica. (Orozco y Chavarro, 2010, p. 12).
     Este fenómeno tiene implicaciones enormes: quien está en una posición privilegiada (económica, de prestigio, de desarrollo de habilidades) irá acumulando cada vez mayores privilegios. La supuesta igualdad de oportunidades que está en la base del discurso legitimador del capitalismo neoliberal es, en realidad, una falacia. De hecho, es ya un lugar común decir que la brecha entre pobres y ricos se amplía constantemente y la clase media tiende a desaparecer.
     En la educación, el efecto Mateo se usa para referirse a un fenómeno que se presenta en el área de las habilidades de lectoescritura. Los niños que leen bien y tienen un vocabulario amplio leerán más, aprenderán más palabras y, como consecuencia, serán mejores lectores. En cambio, los niños con un vocabulario pobre y que leen despacio, desarrollan más lentamente su vocabulario y a lo largo de su vida leerán menos (Stanovich, 2008, p. 37). Las consecuencias van mucho más allá que el simple desarrollo de habilidades o los hábitos de lectura. Conforme avanza la trayectoria académica, se va requiriendo que los alumnos lean textos y comprendan conceptos cada vez más complejos. Un alumno que tuvo un menor desarrollo de habilidades lectoescritoras será siempre un alumno de bajo aprovechamiento.
     El efecto Mateo, en todas sus áreas de aplicación, hace referencia a un hecho que resulta evidente pero cuyas consecuencias son muy serias. En el área concreta de la educación debe ser un permanente recordatorio de la importancia que tienen los hábitos de lectura y el desarrollo del vocabulario para el éxito, primero académico y, eventualmente, profesional de cada alumno.

Referencias
La Biblia (traducción argentina). (1990). Disponible en http://www.vatican.va/ archive/ESL0506/_INDEX.HTM

Orozco, L., y Chavarro, D. (2010). Robert K. Merton (1910-2003). La ciencia como institución. (Spanish). Revista de Estudios Sociales, (37), 143-162. Recuperado de EBSCOhost.

Shaywitz, D. A. (2008) The Elements of Success: Talent and hard work, yes, but plenty of other ingredients seem essential to achievement. Wall Street Journal 15 de noviembre de 2008. Disponible en http://online.wsj.com/ article/ SB122671469296530435.html

Stanovich, K. E. (2008). Matthew Effects in Reading: Some Consequences of Individual Differences in the Acquisition of Literacy. Journal of Education, 189(1/2), 23-55. Recuperado de EBSCOhost.

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