jueves, 12 de mayo de 2011

Natalia Cruz

     Mientras al alba el gallo canta
     Tus manos cansadas trabajan.
     El sol te pega en la espalda,
     ya alguien te espera en casa.


     Tu piel morena quemada refleja tu ardua labor,
     tu cuerpo, tus manos, tu cara
     bañados en dulce sudor regresan a tu morada
     sedientos de fe y compasión.

     Con agua de fresca naranja
     refrescas la mente y el corazón,
     mientras con la cosecha del día
     alimentas al cuerpo y la razón.

     Campesino, yo envidio tus tierras
     tus frutos y tu sabor.

     ¡Campesino, hoy me siento orgullosa de reconocer tu labor!

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