sábado, 14 de mayo de 2011

Lic. José Vicente Hurtado Herrera
     El pasado mes de marzo tuvo lugar la Experiencia Laboral de los alumnos de la Preparatoria Ibero Puebla. Fueron seis días, del 28 de febrero al 5 de marzo, en los cuales los chicos se acercaron a una realidad desconocida para la mayoría de ellos, la realidad del trabajo.
     La experiencia laboral es toda una estrategia educativa, por lo que no se limita a la semana de trabajo y, de hecho, está conformada por tres momentos: el primero, la preparación, que consistió en el planteamiento de una investigación interdisciplinar sobre El trabajo y el capitalismo, en la Experiencia de Primer Contacto, con la visita al tianguis de Cholula, el sorteo de lugares y la realización de la entrevista-capacitación en las diversas empresas. En un segundo momento, la realización de la semana laboral, la presencia de 106 alumnos trabajando en 40 establecimientos pertenecientes a 16 empresas, con el valioso acompañamiento de profesores de la Preparatoria. En un tercer momento, la recuperación de la experiencia, mediante la realización de la bitácora, el comentario en diversas materias, así como el espacio de diálogo que se generó con el P. David Fernández, S.J., rector de la Ibero Puebla.
Mtro. Javier Recio, Mtra. Ángeles Díaz R., Rector Mtro. David Fernández S.J.
     Los comentarios externados por los alumnos en el encuentro de recuperación con el P. David, representan una buena muestra de la percepción de los alumnos: algunos consideraron que en una semana de experiencia nada o poco se puede aprender respecto a lo que significa realmente trabajar; otros chicos expresaron que la experiencia les resultó significativa, que les ayudó a entender lo que viven muchas de las personas que nos ofrecen algún servicio, que les permite valorar los recursos y oportunidades que sus familia tienen; se cuestionaron sobre las actitudes que asumen como clientes y que fue una oportunidad de encuentro con compañeros de la escuela con quienes jamás se hubiera convivido; supongo que para otros que no se expresaron resultó simplemente una actividad obligada por la escuela.
     Aquí está el reto: ¿cómo hacer de esta actividad una experiencia educativa? Una experiencia que les ayude a los jóvenes a generarse preguntas y que les aporte aprendizajes significativos en su proceso de desarrollo, proceso que siempre será individual, pero que se enriquece en el encuentro y diálogo con el grupo.
     El valor de una experiencia, es que me obliga a vivenciar, a experimentar, a encontrarme con personas y situaciones que me retan a decidir, que me generan una diversidad de sentimientos agradables y desagradables. Una experiencia me permite conocer otra realidad, y también conocerme a mí mismo. Por ello, no es suficiente la teoría, la experiencia te aporta otros conocimientos, enriquece el aprendizaje.
     El éxito educativo de esta experiencia será posible en la medida que la comunidad educativa de la Prepa Ibero sea corresponsable con la realización de la misma.
     Por lo anterior es indispensable la disposición de los alumnos para animarse a vivir una experiencia, para no dejarse llevar por la apatía, el miedo, el mínimo esfuerzo; el apoyo de los papás para estar atentos a lo que va generando en sus hijos la experiencia, para animarlos a vivirla; la conciencia de los profesores del valor de su presencia educativa entre los jóvenes; el esfuerzo de la institución para seguir afinando la experiencia a fin de lograr, cada vez más, su pertinencia educativa.
     No perdamos de vista que estamos en la búsqueda de un ideal, de una utopía educativa, expresado por el P. Adolfo Nicolás, S.J., Superior General de la Compañía de Jesús: No queremos formar a los mejores del mundo, queremos formar a los mejores para el mundo. Aquí está el reto, pongamos los medios para seguirlo haciendo realidad.
    

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