viernes, 5 de octubre de 2012

            Mildred Rivera


 “Cada día sabemos más y entendemos menos”, dijo Einstein.
 Estoy segura que la mayoría de nosotros tenemos la cabeza llena de conocimientos sobre matemáticas, literatura, historia y todo lo que nos enseñaron a lo largo de estos tres años de preparatoria. Sin embargo, no tenemos ni la más remota idea de para qué nos sirve saber todo esto. Supongo que es por ello que los ingenieros se preguntan “¿Y a mí de que me sirve saber cuáles son las corrientes literarias?” mientras los humanistas dicen “¿Integrar qué cosa?”
De eso se trata. Hemos llegado al momento de nuestras vidas en el que debemos dejar las quejas a un lado y empezar a pensar. Cito nuevamente al señor Einstein: “La memoria es la inteligencia de los tontos.”
      Terminó la preparatoria, compañeros. No más formato APA, no más proyectos interdisciplinarios, no más carpeta de evidencias. A pesar de que todo esto fue nuestro dolor de cabeza semestre con semestre, no podía tratarse de algo más sencillo. Vienen cosas nuevas. Y de nosotros depende hacer que aquellas cosas sean fáciles o sean difíciles. Pero más allá de las dificultades que se nos presenten, está el cómo aprovecharemos aquello que aprendamos. No me refiero a la información o datos que son de nuestra carrera, sino a la forma en la que nosotros los aplicaremos.
      Es importante que estén completamente seguros de lo que quieren estudiar. Una carrera no es una elección fácil. Pero no por regarla al principio, quiere decir que todo terminó. Tenemos miles de oportunidades, y cuando demos con la opción correcta, no sólo seremos personas útiles, sino que seremos personas felices. Hagamos las cosas bien.
      La Prepa Ibero nos ha dado la oportunidad de aprender de diferente manera. Experimentando. Estoy hablando del Servicio Social, la Experiencia Laboral y la Experiencia Rural. Dice Einstein que solamente una vida dedicada a los demás merece ser vivida. Y esto lo hemos comprobado. Nadie puede negar haber tenido ese sentimiento de alegría al conocer a todas esas personas. Al ayudarles y al recibir su ayuda. Es un sentimiento único, y son recuerdos maravillosos. Ténganlos siempre presentes.
      Agradezco a las personas que convivieron conmigo. Muchos nos dicen que los amigos vienen y van. Pero nuevamente, eso depende de nosotros. Para mí, los amigos que he hecho en la prepa, a pesar de no volver a verlos a diario, son personas que estarán siempre en mi vida. Son parte de mi educación. Me estoy graduando con cinco personas maravillosas, con las que compartí momentos inigualables y de quienes aprendí cosas nuevas, que jamás me habría atrevido a experimentar por iniciativa propia. Gracias a ellas, he logrado conocerme mejor a mí misma. Esta es mi situación personal, y así como yo, espero que todos y cada uno de ustedes sean afortunados de haber entablado este tipo de amistades.
      Gracias maestros, por el tiempo que invirtieron en nosotros. Gracias por las firmas y los sellitos. Gracias por levantarse a las cinco y media de la mañana, para ir a darnos clase. Pero sobre todo, gracias por compartirnos sus conocimientos y su experiencia.
      Me enorgullezco de mis logros en estos tres años, y los invito a que ustedes también lo hagan. No sean modestos. He convivido con ustedes y somos muy diferentes. Pero cada uno tiene sus cualidades. Explótenlas al máximo.
      Cierro, y espero no aburrirlos, con una frase más de Einstein: “Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor.” No creo que sea necesario explicarlo. Confío en que tanto ustedes como yo, seamos capaces de seguir este valioso consejo.
      Felicidades, generación.
     
     

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