viernes, 25 de enero de 2013

Ana María De Uriarte

Cada vez que escuchamos o leemos esta palabra, lo primero que nos viene a la mente son los valores que nuestros padres, profesores o gente mayor cercana, ha tratado de inculcarnos desde que somos pequeños. Nos acordamos y sentimos que viene acompañada de un ‘choro mareador’ que hemos venido escuchando a lo largo de los años...
      Lo que no sabemos es que en realidad, la palabra Responsabilidad viene del latín 'responsum' que significa respuesta. Es la capacidad que tenemos todos los seres humanos de dar respuesta hacia un llamado, el llamado de ser capaces, de dar lo mejor que podemos.
      Es crear conciencia y creernos capaces de lograr las cosas, ya que, la mayoría de las veces, más allá de las barreras que el mundo exterior nos pueda tener preparadas, las barreras mentales son las más grandes.
      Es dejar atrás el autosabotaje, tener un compromiso con nosotros mismos, y lograr las tareas que tenemos día a día de la mejor manera que podamos, es realmente saber que las trabas que nos tenga el camino vamos a superarlas. Es querer aceptar que nuestros errores son nada más y nada menos que eso, nuestros.
      Yo los invito a hacernos responsables de nuestras acciones, a creernos capaces de poder dar respuesta, y no cualquier respuesta, si no la mejor que tengamos. 

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