viernes, 25 de enero de 2013

Paulina Pichón Sobreyra

Todos alguna vez nos hemos preguntado “¿Qué es esa sensación tan extraña que surge en nuestro ser al enfrentarnos a una situación que nos pone en cierto riesgo o simplemente que no queremos o estamos seguros de hacer?”
      He pensado que el miedo, más que un sentimiento es una emoción que precisamente es distinguido por una sensación no muy satisfactoria ni agradable, y de ser una simple sensación, puede pasar o llegar a ser la intuición de correr algún riesgo, problema real o imaginario. Posiblemente conflictos pasados que no han sido superados, consecuencias de algún acto imprudente o por simple percepción, el miedo puede estar presente en cualquiera.
      Si en realidad, todo ser humano caracterizado por ser racional y complejo, se dice que siente miedo o tiene algún miedo escondido o no superado, ¿será que no existe la valentía en su absoluta presencia? O mejor cuestionado ¿sin miedo no existe la valentía?, porque para superar algo o enfrentarse a una situación, problema o circunstancia difícil tiene que existir miedo, ya que éste es el que genera la falta de valentía, y cuando nuestro cuerpo, mente y alma se llenan de valentía es cuando actuamos para afrontar cualquier situación.
      Con la fortaleza cualquier persona sería capaz de ganar y conseguir valentía, solo así  superaría dificultades, derrumbaría aquellos obstáculos que nos frenan en la realización de algo, superaríamos pérdidas que nos quitan estabilidad en todos los ámbitos, principalmente en el emocional y sobre todo solventaríamos ciertos cambios que se presentan en nuestro camino como una sorpresa.
      Al fin y al cabo el miedo es esa sensación tan extraña que llega a nosotros con frecuencia, es inevitable, algunas veces sabemos el motivo, otras no, pero en cualquier caso siempre está acompañado de inseguridad, e incertidumbre.
      A pesar de sentir una emoción desagradable, cuando el miedo llega a nosotros, no debemos permitir que este sentimiento pueda más que el objetivo de nuestras metas, no hay que concederle el honor del poder sobre nosotros.

0 comentarios :