viernes, 15 de febrero de 2013

Paulina Pichon Sobreyra

Todo comenzó en un lugar muy lejano rodeado del mar, sólo de eso, era una isla. Ahí habitaban varios sentimientos como la alegría, la tristeza, la soledad, la vanidad y el amor.
Todos vivían muy tranquilos en su espacio, lógicamente unos se identificaban más con otros pero al fin y al cabo todos se estimaban. Un día se enteraron que esa pequeña isla se iba a hundir, así que todos los sentimientos prepararon su ida, menos el amor, porque quería despedirse de aquella isla que tanto amaba, pero la isla comenzó a hundirse así que el amor pidió ayuda a varios sentimientos. La tristeza no quiso ayudarlo, ya que no se sentía bien, tampoco la soledad, porque prefería viajar y escapar. Mucho menos la vanidad porque decía que el amor estaba mojado e iba a ensuciar su barco y su oro.
De pronto pasó un anciano que lo llevó a tierra firme y lo revivió. Al despertar, el amor se encontró con la sabiduría, y decidió preguntarle:
—¿Quién me trajo hasta aquí?
La sabiduría le respondió:
—El tiempo.
El amor, muy extrañado preguntó:
—¿Po qué sólo en tiempo quiso traerme hasta tierra firme?
La sabiduría dijo:
—Porque sólo el tiempo es capaz de ayudar a un gran amor.

0 comentarios :