martes, 23 de marzo de 2010

Melissa Costes Sánchez
IV Semestre (c)
Yo soy quien soy, o al menos eso creo la mayor parte del tiempo…
    Soy una persona, y eso lo sé, soy alguien más en estos ríos de gente, un ser que piensa y siente, que tiene sueños, temores, metas y a veces hasta preocupaciones, soy una hija, una amiga, una novia, una hermana…
    Pero en esta vida, soy una mujer que juega cierto rol en una sociedad predeterminada, con normas y leyes estrictas, formas de vida indiscutibles y maneras de pensar y sentir prediseñadas. Por lo tanto, para interpretar bien el papel que me fue dado, dejo de ser quien soy, para pasar a ser lo que debería de ser…
    Y siempre está presente esa necesidad del ser humano de querer más, de no conformarse y luchar, de ver las estrellas y querer tocarlas, de soñar y ponerse metas, de crearse una imagen de la persona en la le gustaría convertirse. Pero es justo en ese momento, en el que quisiera que las utopías se volvieran realidad, y dejo de ser yo, para convertirme en quien quisiera ser…
    Por supuesto, nunca falta es sentimiento de avaricia, de poder y control, en el cual dejamos atrás nuestros principios y valores, y los cambiamos por cosas muchas veces vacías como lo es el dinero, o simplemente para evitarnos problemas, olvidamos todo aquello que solía regir nuestras vidas y lo cambiamos por injusticias, y a veces sin darme cuenta dejo de ser yo para pretender ser quien me convendría ser…
    Pero ¿quién soy a fin de cuentas? ¿Soy quien debo de ser? ¿Quién me gustaría ser? ¿O tal vez quien me conviene? Yo soy quien soy, dije en un principio, y esa es la intocable esencia de mi ser.
    Podré cumplir con mi deber y aparentar ser cierta persona, o seguir mis instintos y pretender ser alguien más, pero siempre se trata de mí, siempre soy yo la actriz principal, la que toma las decisiones y enfrenta las tormentas o disfruta de la calma.
    Y después de todas estas controversias y diferentes facetas, de máscaras ocultas y secretos oscuros, nunca dejé de ser yo, sólo esperaba el momento perfecto para darme cuenta de ello.
    No importa si es de día o es de noche, si hace frío o hace calor, si todo es color de rosa o el mundo empieza a tornarse negro, yo soy quien soy, y esa es la intocable esencia de mi ser…

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