jueves, 7 de octubre de 2010

Melissa Costes
Hay muchas cosas que no entiendo, y las pocas cosas que sé, no estoy segura que realmente sean. Tal vez la vida sea así, tal vez el mundo es una gran interrogante, un laberinto sin salida que nos mantiene entretenidos por un corto tiempo. Puede que esté soñando cuando creo estar despierta, o creer despertar del sueño, cuando en realidad sigo dormida. No lo sé, quizás sólo es cuestión de tiempo, antes de dejar a un lado la incertidumbre y pasar a un estado de certeza.
    Sea como sea, estás aquí pero sin estarlo, eres, pero en realidad no sabes qué. Es por eso que ante la confusión siempre hay una duda, y aunque no muchas veces es continuada por una respuesta, es la duda la que se vuelve parte de ti, de tu esencia; es la que te incita a seguir preguntando, a desvelarte en las noches tratando de resolver el enigma, es la que invade todos y cada uno de tus pensamientos, te hace soñar y hasta a veces alucinar.
    Pero llega un momento en que la fantasía ya no es suficiente, aquella duda que día y noche solía acompañarte, se convierte en miedo, miedo a perder, miedo a olvidar, a la realidad. Terminas encerrándote en un mundo tan frágil, que cualquier cambio o ventisca derrumba las paredes de tu nueva guarida. ¿Y para qué vives ahora? ¿A qué te aferras esta vez? Al pasado, a la memoria, a ese cajón de recuerdos que creías haber olvidado ya; el simple suspiro de un momento de felicidad, te basta para levantarte en las mañanas, para dejar de caminar y empezar a trotar.
    Pero algo en la historia te resulta familiar; es la misma flecha apuntando en aquella dirección, es el mismo camino que ya habías recorrido, las caras te resultan familiares, al igual que esa extraña sensación de timidez. En ese momento otra duda comienza a recorrer todo tu cuerpo, volteas y aparece en un coche, giras de nuevo y ves su nombre por doquier, no hay lugar en que no aparezca, te vuelve a invadir, te vuelve a llenar.
    “¿Qué pasará?” —te preguntas, “¿qué pasará esta vez?”. Empieza el mismo juego, el destino tiene su papel, buscas en diferentes escenarios, evalúas todas las opciones posibles, y como en un principio y sin respuesta alguna, regresas a la incertidumbre total, llevando en tu pensamiento no más que aquella pregunta, que esperas pueda ser algún día respondida…

0 comentarios :