jueves, 7 de octubre de 2010

Roxana Herrán 5° semestre
En México, nuestra constitución establece que todos los mexicanos tenemos derecho a una serie de libertades: libertad de expresión, religiosa, ideológica, entre otras. Sin embargo, los que están en el poder nos venden ideas utópicas, nos hacen vivir en una sociedad fantasma donde todos somos iguales y libres, todo casi es perfecto: yo le llamo México, la gran falacia.
    Nosotros como mexicanos responsables, respetuosos y creyentes de esta gran nación nos alimentamos de ese concepto, nos sentimos satisfechos con el mundo que amablemente los políticos de todos los tiempos nos han creado, porque es cómodo y fácil ser parte de un grupo social mediocre, acrítico, seguidor de la gran mayoría, porque es sano no tener problemas “con los otros”, que por cierto son muy pocos.
    Tú, mexicano como yo, ¿sabes qué es la libertad? Hemos aprendido en el caminar por nuestras distintas escuelas que, libertad es la facultad que tenemos de hacer y ser de una manera o de otra, siendo responsables, claro de nuestros actos. Por lo tanto, podemos ser y hacer lo que queramos (o dejar de ser o hacer), siempre y cuando nos hagamos responsables de las consecuencias que nuestros actos puedan generar. Sin entrar en más detalles y pormenores molestos, puedo decir que nuestros derechos humanos parten de nuestra libertad. Entonces, ¿por qué no disfrutar de ellos y denunciar y demandar precisamente eso: nuestros derechos por la libertad de decidir, de decir y hacer, por cada uno de nosotros, por los pobres que están mudos, sordos y ciegos por su miseria material, por los minusválidos mutilados por una sociedad incipientemente afectiva a nuestras grandes diferencias físicas y psicológicas?
    Cabe mencionar, que cada uno de nosotros interpreta la libertad según nos convenga, nos refugiamos en ella cuando nos faltan argumentos y responsabilidad para vivir, o de plano la ignoramos completamente si las “reglas morales” así lo requieren y nos lo exigen. ¿No somos libres de hacer lo que queramos? Claro que sí, siempre y cuando no violentemos la libertad de los demás: puedes poner los codos sobre la mesa, si es que así comes más a gusto, esto no le afecta a nadie, ¡eres libre!, pero ve más allá…
    Vivimos en una realidad que tiene todo tipo de reglas, guías y mandamientos, en una sociedad construida con base en esferas que no nos aceptan a menos que sigamos su conjunto de normas y cumplamos con las exigencias requeridas. Pero ¿por qué no se ofende esta sociedad con tantos emigrantes, con infinidad de cadáveres en las calles, con tantos niños abandonados, con los discapacitados maltratados, con los cotidianos secuestros, con los robos a mano armada… con tantos pobres olvidados, con tanta violencia diaria?
    ¿Por qué no ejercemos nuestra libertad y dejamos que existan menos protectores políticos que custodien nuestra patria y bestialmente nos engañen con campañas de basura, asegurándose que gobernarán a un país de ignorantes conformistas?, ¿por qué no dejamos de tenernos compasión e iniciamos nuestra propia revolución, donde nuestra bandera sea la libertad? Seamos libres de nosotros mismos, de nuestros complejos, de nuestra propia historia y festejemos realmente el inicio de nuestra Independencia.
    Sé que cada quién tiene su teoría respecto a todo esto, no importa cuál sea, practica tu libertad. Yo la estoy ejerciendo… ¡Quiero y exijo una patria nueva!

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