miércoles, 10 de noviembre de 2010

Herrán y Cobos
5º Semestre
A la mitad de la noche pocos sonidos se distinguen en la oscuridad, el cauce del río, el recorrido del viento entre las hojas, el roce discreto de dos amantes en el parque y el murmullo de sus corazones en perfecta sintonía. Es entonces cuando aparece, ese llanto que me corrompe, que me quita el aire, me roba el sentido, ese llanto que provocas y avivas es el lamento que no perdona.

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