miércoles, 10 de noviembre de 2010

Luis Mauro Izazaga Carrillo
El 4 de enero de 1960 murió Albert Camus en un accidente automovilístico, a los 47 años de edad. Días antes había manifestado: «mourir en voiture est une mort imbécile», morir en un automóvil es una muerte imbécil.
    Se ha discutido sobre si Camus fue filósofo o literato, su obra demuestra que Camus fue un escritor preocupado por las cuestiones fundamentales de la existencia del hombre, un filósofo de la existencia y no un existencialista. Sin duda alguna, la pluma de Camus nos muestra sus dotes de literato-filósofo. Pero, ¿qué nos muestra su obra literaria? Su obra puede dividirse en tres ciclos o estadios, los cuales no se excluyen sino que se que se complementan dialógicamente.
    El primero de ellos es el ciclo del absurdo o ciclo negativo, en que nos muestra una actitud típica del hombre de nuestra era, es decir, una actitud hedonista frente a la realidad. Una realidad o mundo donde el goce se encuentra por encima de todo, donde a los hombres les importa tener un automóvil del año; un mundo donde las mujeres se preocupan cada vez más por implantarse esculturales pechos y traseros, (aunque aún no cerebros); donde los niños ya no juegan a las escondidillas sino que prefieren su game boy. Una realidad donde no hay Dios, porque éste está muerto y nosotros lo hemos matado, es decir, una realidad nihilista-hedonista.
    El segundo es el que se refiere a la rebelión o ciclo positivo. La rebelión es el resultado del absurdo. Para Camus la rebelión es la posición más coherente que el Hombre (la humanidad) debe asumir. Hay que rebelarse contra el absurdo de la existencia humana. Tenemos que hacer de la rebelión nuestra propia esencia —decía Camus—. La rebelión nos pide tomar conciencia en contra de la injusticia y defender la justicia hasta la muerte, porque lo que se pone en juego no es la injusticia de uno o de otro sino de la humanidad. El hombre rebelde no lucha únicamente para sí, el hombre rebelde lucha por y en nombre de los demás. Camus deja claro que no es lo mismo revolución y rebelión, la primera, pasa de una dominación a otra, en cambio, la segunda es siempre un proceso renovable de insurrección para mejorar el mundo.
    El tercer ciclo es el axiológico (ético). En esta fase Camus afirma los valores en y de la vida, estos valores deben ser buscados y encontrados, dichos valores han de surgir en contra de todo mal, en contra de todo aquello que ponga en peligro nuestra esencia y existencia sobre la tierra. Es, pues, necesaria una moral de la lucha, de la rebelión pero también de la dicha. En su obra podemos encontrar desde novela, ensayo, obra teatral, artículo periodístico y demás. Algunas de sus obras destacadas son: El extranjero; El malentendido; Calígula; El mito de Sísifo; La Caída; El exilio y el reino; entre otras.
    Esta es una invitación a la lectura de un escritor que reflejó en sus textos, a través de sus personajes, el tiempo incierto que vivimos. La invitación está abierta para todos.

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