miércoles, 10 de noviembre de 2010

Joseph Dickens Gavito
Ex alumno Prepa Ibero Puebla

You are not special. You are not a beautiful or unique snowflake.
You are the same decaying organic matter as everything else.
Chuck Palahniuk
Crecemos con la idea de que nuestro nacimiento fue casi un milagro, que miles de circunstancias tuvieron que ponerse de acuerdo para hacer posible nuestra existencia. Pensando así, parece normal sentirse especial. Es esta misma manera de pensar la que nos lleva a necesitar de un elogio constante para recordarnos lo especiales que somos. Pero esa es la razón de todos los problemas. Es preciso olvidar todo lo que creemos saber sobre nosotros. Debemos entender que muy probablemente sólo somos el producto de la presunción de nuestros padres, quienes sólo querían pasar su inexistente especialidad a otra generación. Un error de conceptos, ya que lo único que estaban haciendo era perpetuar la especie.
    Si comenzamos a sentirnos menos especiales, poco a poco llegaremos a un estado en el que no pensaremos en estar por encima de nadie más. Esto ahorraría mucho sufrimiento ya que en todas las relaciones humanas se tendría más cautela. Ya no habría corazones rotos, puesto que al conocer a alguien estaríamos conscientes que muy probablemente ellos no quieren pasar el resto de sus días con nosotros. Peor aún, muy probablemente ni siquiera nos encuentra interesantes o atractivos. Nosotros no somos especiales, no estamos por encima del resto.
    Este texto se escribió sabiendo que muy probablemente no sería especial para nadie, pero, como en las relaciones amorosas, es posible que alguien caiga presa de la naturaleza humana y encuentre algo bello donde probablemente no lo hay. Y si sólo una persona siente inspiración después de leer este texto, éste habrá cumplido su propósito.
    Hablemos de las ideas, lo único que en verdad es propio y que uno no quiere desechar. El orgullo, el patriotismo, la religión. Ideas de alguien más que se hacen propias. Un virus incurable. Algo que pasa de alguien más y hacemos propio y que vemos necesario propagar a los demás. Contagiar se vuelve una obligación.
    Si nosotros estamos dispuestos a comprender que no somos especiales, que no somos diferentes, podemos así separarnos de las ideas que se nos han impuesto desde que crecemos, generación tras generación. Uno no puede ir conquistando medio mundo puesto que uno no tiene ese privilegio, uno no es especial. Uno no va a tener la necesidad de tener un ejército, un rifle en mano, listo para defenderse, puesto que nadie nos va a querer atacar, nadie nos va a considerar como alguien especial o diferente.
    Esta forma de pensar se puede aplicar a casi todo. Si uno asume la posición de no ser especial, de no ser un “copo de nieve único”, uno no puede esperar que las demás personas vean en nosotros a alguien capaz de estar tomando decisiones por ellos De hecho, uno no querría estar por encima de los demás simplemente porque uno sabe que no es especial y que la carga sería una carga muy pesada. Nuestros hombros serían como los soportes de una casa que van rompiéndose lentamente, una grieta a la vez. Estas grietas serían prueba de que hemos fallado, de que no fuimos ni seremos especiales y que todas nuestras ideas preconcebidas del poder terminaron por ser lo que nos llevó a la ruina. Si nadie nos admiraba antes, menos nos admirarán ahora. La única forma de no ser olvidado es nunca ser recordado. Después de todo lo que ha pasado sólo se puede ser para uno mismo y para nadie más.
    Las personas que se sienten especiales, por encima del resto, deben despertar de su sueño antes de que se venga sobre ellos la pesadilla, puesto que es sólo después de que uno se da cuenta que no es especial que uno puede ser verdaderamente libre. Las personas no necesitan a alguien que esté detrás de ellas diciéndoles qué hacer y qué no. Cuando las personas comienzan a tomar más riesgos, empiezan a tener más cuidado. Empiezan a ser libres, a ser dueños de la única cosa en la que tienen control, ellos mismos.

Nothing can bring you happiness but yourself
Ralph Waldo Emerson
Cuando el gobierno se creó, se dejó de ser libre, se dejó de existir. Uno podía abrir la boca, pero no era quien hablaba. Uno podía caminar, pero no podía decidir su rumbo. Eso debe cambiar. El tiempo nos pide un nuevo cambio, un regreso a nuestra libertad. Las personas no querrán despertar. Es entendible. Han vivido toda su vida pensando que su existencia depende de qué tan grande se ha vuelto su nombre o de qué tan feliz han hecho a los demás. No entienden que la única felicidad que se puede asegurar es la de uno mismo y que cuando uno depende de alguien más para ser feliz está comprando un boleto de ida a la perdición.
    ¿Cómo animar a alguien que nunca ha estado despierto? Hablar será inútil, sus oídos también duermen. El dolor es imperceptible cuando se sueña. La sangre será sólo agua pintada de rojo ante sus ojos. Vino en honor a ellos.
    Es más fácil para uno navegar una lancha que un barco. Si bien el viaje será más cansado, uno puede estar seguro que la lancha solo se detendrá hasta que nuestros brazos no puedan remar más. La decisión cae sobre nosotros. Uno depende sólo de uno mismo, y nadie más podrá darnos mayor seguridad.
    La decisión más grande de sus vidas se hará cuando los que piensan tener algún tipo de control sobre los demás deban escoger si desean despertar o no. Entender que es solamente después de que uno se da cuenta que no es especial y que empieza a depender sólo de sí mismo que uno puede ser verdaderamente feliz. Verdaderamente libre.

0 comentarios :