jueves, 12 de mayo de 2011

Eduardo Herrero González
     Por lo general, cuando te dicen que vas a ir a algún lugar rural te imaginas que vas a un lugar donde la gente no es culta o que son pobres.
     ¿Pero qué es la pobreza y qué es la riqueza?, ¿quién es rico y quién es pobre? El que es feliz se puede decir que es rico y el que no es feliz se puede decir que es pobre, al menos así reza la versión popular.
     La felicidad se puede conseguir de muchas maneras, no todo es material, como algunos lo suponen, la felicidad no está basada en lo material.
     El que no tiene un coche del año no entra dentro de la sociedad “bien”, el que no trae ropa de marca, el que no tenga la mejor televisión, el teléfono de moda, etc.
     Por lo general, estas sociedades-gente son las que se encuentran en ciudades grandes, donde los medios de comunicación te están volviendo cada vez más consumista y menos humano, que te dicen que te tienes que comprar esto para “ser alguien” en la vida y siempre se está buscando más. ¿Más qué?, no lo sabemos.
     Pero, ¿qué pasa con las sociedades que son rurales que son “pobres”? Ellos tienen una casa donde viven y algunas ni siquiera tiene piso, la mayoría de ellas son de lámina, algunas veces tienen agua potable y servicios, algunas personas sólo tienen un radio y lo gozan; nosotros no estamos conformes con una televisión de pantalla especial que nos hace “especial”… Ellos caminan y nosotros tenemos coche, ellos se paran a las seis de la mañana a hacer sus cultivos, sus calles no están pavimentadas, y muchas otras cosas. Y nosotros exigimos más…
     Pero, ¿quién es más feliz, nosotros o ellos? Ellos disfrutan todos los días de la naturaleza, no se están quejando de si tienen algo o no, lo que tienen lo disfrutan, no tienen que estar consumiendo para ser felices, ellos se deleitan con la vida, nosotros sólo estamos viendo quién tiene más y nos vamos quedando vacíos. Entonces ¿quiénes somos los ricos y quiénes somos los pobres?

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