viernes, 16 de diciembre de 2011

Tania Amaro López
Quinto semestre

     Durante la semana del 5 al 12 de noviembre del presente año, los alumnos de quinto semestre de la Preparatoria Ibero Tlaxcala llevamos a cabo la Semana Laboral y estuvimos en Acatepec, Tehuacán, estado de Puebla.
     Lejos de ser una semana donde nuestras actividades se limitaran a trabajar aprendiendo a usar una hoz y recoger matas de amaranto, cansarnos y cambiar nuestro contexto cotidiano, realmente fue mucho más.
     Cada uno de los días obtuve un aprendizaje. Algunos relacionados prácticamente con métodos de sobrevivencia, aunque los más importantes fueron aquéllos donde valoramos a las personas que continuamente entregan su vida al campo, esperando saciar sus y nuestras necesidades básicas de alimento, ofrecerles un porvenir a sus familias y, sobre todo, realizar un trabajo que dignifique sus vidas. Por ejemplo, conocí a Don Cándido, un señor que muy amablemente nos recibió durante toda la semana en su parcela. Es un hombre con apenas 27 años de edad pero que el trabajo duro se ha encargado ya de regalarle diez años más en apariencia. Viste ropa muy sencilla, no tiene preocupaciones superficiales (como ahora identifico a nuestro modo de vida consumista), pero sí una apertura incomparable para compartir sus conocimientos.
     A pesar de sus ingresos económicos mínimos, no hubo ningún día en el que Don Cándido no nos ofreciera algo de comer… sin duda me pareció increíble la manera tan generosa con la que nos ofrecía lo que le costaba tanto trabajo obtener.
     A cada uno de los compañeros con los que compartí estas experiencias invaluables (e incluso los que no) los invito a actuar: tenemos la tarea de promover lo que hace tiempo se ha perdido: valorar al campesino y su labor en el campo. Aprendí que el campo vale más de lo que en realidad reconocemos, ya que en nuestro país, históricamente ha sido marginado cultural, económica y socialmente. Los campesinos, valiosas personas que ejercen la actividad agrícola, que es una labor admirable de la cual tenemos mucho que aprender y agradecer.
     Hoy no sólo me quedo con nuevos aprendizajes técnicos, sino con la consigna y responsabilidad: hacer algo por las personas que necesitan más y que ocupan su vida trabajando para darnos de comer a nosotros y como pago obtienen el vivir económicamente muy limitados.

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