viernes, 21 de septiembre de 2012

Anel Canela Alarcón

      Actualmente vivimos tiempos de cambio, necesitamos estar informados y actuar...
      Como institución jesuita, la Ibero tiene un pensamiento y misión diferente a las demás escuelas, hace que sus alumnos sean personas de calidad y tengan un pensamiento más crítico y con necesidad de expresarlo, necesidad iniciada por el fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola. Buscamos el bien común, pero no por medio de movimientos que sólo buscan alterar el orden público y que tienen necesidad de utilizar la violencia para ser escuchados. Nosotros utilizamos la vía del conocimiento y con los valores que nos han dado y como nos han enseñado.
      Este tipo de pensamiento ignaciano, en muchas ocasiones es cuestionado y no comprendido. Es ahí donde cada uno debemos entrar y exponer nuestras ideas para que las personas que no están en sintonía con este tipo de actuar se interesen y deseen conocer más de nuestra formación.
      No estamos sólo para buscar nuestra propia sobrevivencia, estamos para servir a los demás sin buscar protagonismos o ventajas personales. Como dice el lema de la Ibero: “No formamos a los mejores del mundo sino a los mejores para el mundo”. Y lo mejor es que estudiamos en una institución que nos forma con calidad humana y académica, para que nos comprometamos con el servicio a los demás, con un México abierto a las oportunidades para todos.
      Nuestra misión es desarrollar y difundir el conocimiento para obtener una sociedad libre, justa, solidaria y productiva.
      Un Movimiento de transición social es lo que están logrando los jesuitas al formarnos con una filosofía humanista, cumpliendo su misión en los estudiantes ávidos de ser escuchados.
      El pensamiento crítico y consciente es la forma en que podemos tirar las barreras que nos mantienen atrapados en la ignorancia y por abrirnos paso a nuevos caminos que ayuden a que la sociedad evolucione y busque satisfacer las que exigen cada vez más de las personas.
      “La verdad os hará libres.” (Jn 8,32)

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