lunes, 24 de septiembre de 2012

José Luis Becerra Guevara

      Una pregunta que pareciera inofensiva, sin embargo, ayudó a desencadenar una serie de actividades y reflexiones que se realizaron en el Taller de Líderes que se llevó a cabo el 17 de agosto en la casa de oración y de encuentros llamada Villa Estela, en Panzacola, Tlax., promovido por la Maestra Yossadara Franco y el Profesor Héctor Morales, del área de Formación Social de la Prepa Ibero Tlaxcala.
      Como todo curso iniciamos las actividades con nuestra presentación oral. Después diseñamos anuncios clasificados de nosotros mismos y seguimos con dinámicas, juegos, formamos definiciones; diferentes y muy variadas maneras de entender la importancia de la labor de un líder.
      Más tarde, nos dispusimos a cenar al calor de la fogata, donde tuvimos la oportunidad de convivir, conocernos y permitirnos contar experiencias y anécdotas de vida.
      Muy avanzada la noche, y cuando lo último en que pensábamos era en dormir, nos dirigimos resignados a las habitaciones, aunque el efecto fue contrario por la mañana, porque no queríamos despertar a pesar de que el acuerdo era el de estar listos a las 7:30 a.m.
      La organización y cooperación fueron las características que predominaron en este taller, y como un producto nos llevamos a casa una libreta donde anotaremos los acuerdos generados al interior de nuestro equipo.
      Considero que el Taller de Líderes apenas comenzó ahí, ya que en la práctica y convivencia diaria es donde deberemos de usar estas “herramientas” que idealmente deberán de servirnos para hacer más funcional nuestro equipo, ayudando a los demás a “sacar” su liderazgo interior.

     

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