viernes, 25 de enero de 2013

Omar Kuri Vidal

Tengo ganas de oír a los pájaros. Tengo armas para acabarlos. Tengo oídos que son sus alas. Suelto disparos que fingen ser hombres. Hay hombres que les disparan sin oídos. Hay disparos que matan sin los pájaros. Hay oídos que son armas de la muerte. La muerte mata a más muertes. Otros me invitan a oír y armarme. Otros me invitan a disparar y ser pájaro. Otros me invitan a desearlos y callarme, con aire de pólvora y llanto. Vienen hacia mí hombres pájaro. Hacia mi corazón sin cerebro, sólo dice te extraño, allá arriba, con los pájaros. Por eso, doy mi palabra a espíritus de aniquiladores aniquilados. En brindis de promesa, soy solamente hombre. Los pájaros se han marchado. Yo, simplemente, sigo, sigo y sigo, volando.

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