viernes, 15 de febrero de 2013

Jocelyn Rojano Mozo

Hay personas que conozco desde años atrás y otras
que tuve la dicha de conocer en agosto de 2010 y me
refiero a los compañeros y compañeras con los que ingresé
al nivel medio superior.
Bien, pues en estas últimas dos semanas he podido observar
la madurez que cada miembro de la generación
2010-2013 de la Preparatoria Ibero Tlaxcala ha adquirido
con su paso por esta institución.
Ver en los rostros de mis compañeros y amigos expresiones
de duda e inquietud, pero también de tranquilidad
y respuestas, me ha llevado a entender que cada una de
las experiencias como grupo nos ha hecho crecer. Ya hemos
dejado atrás esa mirada de niños nerviosos que teníamos
al ingresar a la preparatoria y la hemos cambiado
por una llena de emoción y esperanza. La unión y el compañerismo
se han hecho más fuertes con el paso del tiempo,
y se refleja en esa coordinación que tenemos como
grupo para organizar festejos y eventos sin necesidad de
presión por la coordinación escolar. Por otra parte, hay
apoyo entre nosotros mismos. Esto nos ha llevado a creer
en en aquella persona que se encuentra a nuestro lado, a
conocer su verdadero yo sin prejuicios y a aceptarlo tal y
como es.
Si bien no todos somos amigos de todos, hemos logrado
un trato cordial basado en el respeto y el compañerismo.
Un grupo más unido, es una relación con el entorno
que cobija y presta un hombro como apoyo en instantes
de desesperación, pero también en momentos de alegría
y felicidad .
Estar ocho horas diarias, cinco días a la semana con
las mismas veinte personas, las ha vuelto especiales y parte
de mi vida. Ingresar a la prepa en agosto de 2010 y ser
testigo de un crecimiento personal, humano e intelectual
de mis compañeros ha sido causa de orgullo. Y es que no
a diario se puede tener la dicha de ver a seres increíbles
desarrollarse como mariposas en primavera. Ser parte de
su formación y que ellos también formen parte de la mía
me ha llevado a guardarlos como un gran tesoro dentro
de mis más preciados recuerdos.
Es difícil creer que el final de esta bella etapa está cerca,
y más cuando el tiempo se ha escapado de nuestras
manos sin pedirnos permiso. Claro que hubiera aprovechado
ciertos momentos al máximo y con mayor intensidad,
pero jamás cambiaría algún momento por otro, porque
cada contacto con mis compañeros me ha hecho crecer
como ser humano.
Todo ciclo tiene un inicio y un final, y este no será la
excepción. Nos aguardan nuevas experiencias como universitarios,
pero sin duda alguna la preparatoria habrá marcado
nuestras vidas para siempre y nos hará recordar a
cada ser especial que estuvo ahí para nosotros. Es cierto
que hoy en día nos hemos convertido en hombres y mujeres
con sueños e ilusiones que nos llevarán por caminos
diferentes, pero estoy segura que coincidiremos en otro
momento y lugar.
El revolucionario ruso Georgi Plejánov (1856-1918) afirmaba:
“Amigo verdadero es el amigo de las horas difíciles”
y esa frase cobra en mí mucho sentido.
Sé que no falta mucho para que esta etapa termine,
sin embargo, también sé que he encontrado, a lo largo
de estos casi tres años, seres maravillosos que me han demostrado
una verdadera amistad, estando ahí cuando
más los necesitaba, para un consejo, ayuda, escucha e
incluso para una engrapadora que me permitiera entregar
mi tarea a tiempo. Es decir, tantos recuerdos y momentos
a su lado me han hecho ver que, pase lo que pase,
ellos siempre estarán ahí para mí, en mis horas difíciles.
Gracias compañeros y compañeras de la
Generación 2010-2013.

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