martes, 19 de febrero de 2013

Lic. José Vicente Hurtado Herrera

La Prepa Ibero Puebla en este comienzo del 2013, inicia la segunda parte del ciclo escolar, con grandes novedades, cambios en diferentes ámbitos y niveles: se concluyó con la 2ª etapa de la construcción del edificio de la Prepa, y con ello la posibilidad de tener nuevos laboratorios, salones y oficinas, por otro lado, nuevos horarios de clase y una nueva propuesta de actividad física.
Estos cambios nos hablan de una institución viva, de una institución que va caminando, que busca renovarse, que no se conforma con la forma como ha venido haciendo las cosas. Pero una institución no se limita a su construcción, a sus edificios, una institución fundamentalmente está conformada por sus personas.
El auténtico cambio de una institución es posible en la medida que cambian sus personas, de lo contrario sólo son cambio de políticas, horarios, instalaciones. Necesitamos renovar nuestras actitudes, nuestra motivación, intenciones, renovar el deseo de estar y colaborar con aquello que nos une: la labor educativa.
Es una invitación para que los alumnos se comprometan por ser mejores estudiantes, por aprovechar las nuevas instalaciones y servicios, en bien de su formación como personas, que sea una oportunidad para vivir con mayor intensidad su estancia en la Prepa Ibero, para vivir con profunda alegría juvenil.
Para los profesores y personal, estos cambios puede ser un aliciente para comprometernos y renovar nuestra labor como educadores, como acompañantes de los jóvenes, como formadores de “Hombres y Mujeres para los demás” (P. Arrupe).
Al respecto, en el evangelio de Mt. 9,17 podemos leer: “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan”. Y esto mismo puede ocurrir analógicamente, en el caso de la inauguración de un nuevo edificio, pues si éste no va acompañado de una nueva actitud de sus habitantes, de su comunidad, seguramente no se caerá el edificio, pero cierto es que no dará los frutos esperados.
Que este tiempo de cambios que vivimos en la Prepa Ibero Puebla sea una oportunidad para cambiar personalmente, para renovarnos, a fin de conformar una Comunidad Educativa que comprometa su mente y su corazón en buscar los mejores caminos para colaborar en la formación de los jóvenes, para trabajar en la transformación de la sociedad.

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