jueves, 19 de septiembre de 2013

Camila Artola Zanella

     Nací para sentir y viviré para aprender de mis errores, pero en algún punto del camino lo olvidé. Olvidé el punto de ser. Logré automatizar mis movimientos y mecanizar mi vida para no tener que pensar ni razonar nada. Pero no es ese el punto de la vida? Pensar, sentir, razonar, vivir. Este campamento me deja una gran marca, una respuesta a una pregunta que no sabía que había hecho. Tengo que pasar más tiempo conmigo, reflexionar sobre mis cosas y acercarme más a mi yo interno. Es ahí, en ese momento, en el que logras encontrar la conexión con tu interior, que logras la felicidad y la paz absoluta. Es en ese momento en el cual tu conciencia está tranquila y te acerca a "Dios". Ahora, después de lo aprendido yo busco esos pequeños momentos, que antes no sabía apreciar

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